SITIOS ARQUEOLÓGICOS

LOS PRINCIPALES DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

Los siguientes descubrimientos arqueológicos han tenido un impacto significativo sobre la comprensión del mundo de la Biblia y de su mensaje:

1. Los manuscritos del mar Muerto: Fueron descubiertos en 1947 por unos pastores que estaban buscando una cabra perdida, contienen copias casi completas o fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento, excepto de Ester, así como comentarios sobre varios de ellos. Además, la colección de manuscritos incluye manuales organizativos, reglamentos y otros documentos sectarios compuestos por la comunidad de Qumrán que vivía en el área del Mar Muerto. Los pergaminos bíblicos demuestran la precisión que los textos bíblicos a lo largo de los siglos, ya que fueron escritos mil años antes de los manuscritos bíblicos conocidos anteriormente. Muchos eruditos consideran que el hallazgo de estos manuscritos representa el descubrimiento más importante de la arqueología bíblica. 

2. El Cilindro de Ciro: Se encontró en las ruinas de Babilonia por Hormuzd Rassan 1879 y recoge un decreto emitido por el rey persa Ciro que permitía a los pueblos previamente subyugados por los babilonios restaurar sus templos y sus prácticas de adoración. El texto cuneiforme acadio que data del siglo VI contiene un lenguaje paralelo al decreto de 539 a. C. de Esdras 1: 1-4 que permitía a los judíos exiliados regresar a Israel y reconstruir su Templo. 

3. Los amuletos de Ketef Hinnom: Gabriel Barkay, el supervisor de la expedición, los excavó en una cueva funeraria ubicada en un área conocida como Ketef Hinnom cerca de Jerusalén, en 1979. En las diminutas hojas de plata está inscrita la bendición sacerdotal o arónica de Números 6: 24-26. Esta inscripción tiene su origen cuatro siglos antes que los manuscritos del mar Muerto más antiguos y contiene la primera mención conocida del nombre de Jehová fuera de la Biblia. Nuevamente, este texto demuestra con cuánto cuidado preservaron los escribas el texto bíblico. 

4. La estela de Merneptah: Registra una campaña militar que el faraón Merneptah llevó a cabo en Israel y contiene la mención más temprana del propio Israel. La descubrió Flinders Petrie en 1896.

5. La estela de Mesa/La piedra moabita: El texto moabita, descubierto en 1868 por Frederick Augustus Klein, contiene información adicional sobre la rebelión del rey moabita, Mesa, contra Israel registrada en 2 Reyes 3.

6. El Obelisco negro de Salmanasar III: Encontrado en las excavaciones de Nimrud por A. H. Layard, representa a varios reyes del Levante, entre ellos Jehú, rey de Israel (841-814 a. C.), que entregan su tributo al gobernante asirio Salmanasar. Se trata de la representación más antigua de un individuo bíblico. 

7. El Prisma de Senaquerib o Prisma de Taylor: Descubierto por el coronel Robert Taylor, en este prisma hexagonal el gobernante asirio relata de sus excursiones militares a Palestina y menciona cómo atrapó a Ezequías en Jerusalén como un «pájaro enjaulado». La invasión aparece registrada en tres libros bíblicos: 2 Reyes 19, 2 Reyes 32 e Isaías 37.

8. La piedra de Rosetta: Desenterrada por algunos soldados de Napoleón Bonaparte en 1798, tenía tres inscripciones idénticas: una en griego y las otras en dos formas de escritura egipcia antigua. Al compararlas, el erudito francés Jean François Champollion pudo descifrar la escritura jeroglífica, abriendo así al mundo la historia y la vida de los antiguos egipcios. 

9. La Crónica V de Nabucodonosor: Encontradas por Donald Wiseman en 1956, las tablillas archivísticas babilónicas registran las campañas militares del rey en Siria y Palestina, su encuentro con los egipcios, su conquista de Jerusalén y el nombramiento de un rey vasallo en Judá elegido por él. 

10. La Crónica VII de Nabonido: Los registros babilónicos de eventos que tenían lugar en el imperio comenzaron en 539 a. C. y terminaron en algún momento después de la conquista de la ciudad de Babilonia por Ciro en 539 a. C. Explica las relaciones de los distintos gobernantes, incluido Belsasar. 

11. La estela de Tel Dan: Su inscripción fragmentaria, descubierta en 1993 en Tel Dan, menciona la «Casa de David», lo que respalda la historicidad del rey. Algunos académicos lo habían considerado un gobernante ficticio creado siglos después de la época en la que las Escrituras declaran que vivió.

12. La inscripción de Poncio Pilato: Aunque fue mencionado por Josefo y Filón, casi todo lo que se sabía sobre Pilato provenía del Nuevo Testamento. Algunos incluso se preguntaron si había existido alguna vez. Sin embargo, una excavación arqueológica en Cesarea reveló una piedra reciclada que contenía una inscripción que hacía referencia a «Pontius Pilatus» como «Praefectus Iudaeae», confirmando así su historicidad y su gobierno.

13. El Código de Hammburabi: Jacques de Morgan descubrió una estela de diorita de 2,5 metros de altura, que registra un conjunto de 282 casos particulares que incluyen salarios, impuestos, transacciones comerciales y otros asuntos sociales del siglo XVIII a. C. Muchos de ellos son paralelos a regulaciones bíblicas similares y proporcionan más información sobre su interpretación. 

14. Los textos ugaríticos: Son una gran colección de textos, recuperados de la antigua ciudad de Ugarit por Claude Schaeffer en 1928, que contienen muchos mitos que arrojan luz sobre el mundo religioso en el que vivían los judíos. Son especialmente importantes para entender el culto a Baal. Además, proporcionan paralelismos con muchas palabras hebreas, lo cual ayuda a traducir e interpretar la Biblia con mayor claridad. 

15. La inscripción de Behistún: Se trata de un texto trilingüe (persa antiguo, asirio y elamita) inscrito sobre la pared de un acantilado de piedra caliza en la ciudad de Behistún, Persia (Irán moderno). Relata las victorias y la genealogía de Darío I. Estudiados en primer lugar por Robert Shirley y Sir Henry Rawlinson en 1836, los tres textos fueron clave para descifrar la escritura cuneiforme que permitió la lectura del idioma acadio.

16. Las epopeyas babilónicas (Enûma Elish; Gilgamesh; Atrahasis; etc.): Estos documentos literarios (descubiertos en el siglo XIX y XX por Hormuzd Rassam, G. Smith, A. R. Millard, A. H. Layard y W. G. Lambert) ofrecen información sobre el mundo religioso e intelectual del Próximo Oriente Antiguo. Proporcionan muchas claves para entender cómo pensaban los antiguos, aclarando así muchos aspectos de la Biblia. 

17. Las Cartas de Laquis: Excavadas en la década de 1930 por James Leslie Starkey, son una serie de mensajes escritos en óstraca (piezas de cerámica) durante la invasión de Nabucodonosor. La carta 16 que mencionan a un profeta que desmoraliza a la gente puede referirse a Jeremías o Urías (solo queda la última parte del nombre). 

18. El túnel y la inscripción de Siloé: Para prepararse para una posible invasión asiria, Ezequías mandó cavar un túnel para desviar el agua de la Fuente del Gihón, que era la más vulnerable, a un estanque de almacenamiento más seguro en el interior de la ciudad. Una inscripción cincelada en la pared del túnel, descubierta en 1880 por Jacob Spafford, registra cómo dos equipos de excavadores se encontraron y perforaron la roca. 

19. Las tablillas de raciones de Joaquín: Los babilonios mantenían un registro de las raciones de comida que proporcionaban a sus cautivos políticos. Uno de los recipientes nombrados es Joaquín. Finalmente, cuando Evil-merodac se convirtió en el rey de Babilonia, liberó a Joaquín de la prisión (2 Rey. 25: 27-30). El Museo Británico compró la tablilla de arcilla en 1896 y D. J. Wiseman la tradujo muchos años después.

20. Los papiros de Elefantina: Escritos por los miembros de una colonia de soldados judíos que se encontraban en la isla egipcia de Elefantina en el río Nilo, las cartas del siglo V a. C., los contratos y los textos históricos y literarios describen no solo sus preocupaciones diarias, sino también sus creencias religiosas. Establecida por primera vez durante el período babilónico, la colonia tenía un templo y más tarde mantuvo correspondencia con los líderes persas en Jerusalén sobre cuestiones religiosas. A finales del siglo XIX se empezaron a encontrar papiros y óstraca.

21. Las Cartas de Amarna: Una colección de correspondencia diplomática internacional del siglo XIV a. C. encontrada en el sitio arqueológico egipcio de Tell El-Amarna. Ofrece información sobre la situación política de Canaán antes de la conquista israelita y también menciona un grupo conocido como los Habiru, que algunos han identificado como los hebreos. Las Cartas de Amarna también ayudan a comprender el antiguo idioma cananeo. 

22. La inscripción de Tel Deir Alla: Originalmente escrita en una pared de yeso, la inscripción de Deir Alla narra una visión que el profeta Balaam tuvo sobre el consejo de los dioses. Aunque el texto fragmentado es difícil de interpretar, indica que incluso siglos después de su encuentro con los israelitas, la gente del vallé del Jordán todavía recordaba a Balaam como una figura religiosa importante. H. J. Franken descubrió esta pared en 1967.

23. Las medidas de peso pim: Hasta el descubrimiento de esta medida de peso del área filistea, los traductores simplemente tuvieron que adivinar el significado de la palabra «pim» en 1 Samuel 13: 21. 

24. La Puerta de Ishtar: La enorme puerta nos ofrece una idea de la magnificencia de la antigua ciudad de Babilonia. Las paredes estaban decoradas con cerámica vidriada para crear relieves de varios animales, incluidos leones alados que recuerdan a una de las criaturas simbólicas de la profecía de Daniel (Dan. 7: 4). Arqueólogos alemanes la excavaron durante una expedición a Babilonia entre 1899 y 1917.

25. El arco de Tito: Tito Flavio Vespasiano fue el general romano que capturó y destruyó la ciudad de Jerusalén y su Templo. El arco de Tito conmemora su victoria y muestra a los soldados romanos llevándose el candelabro de siete brazos del Templo y la mesa de la proposición.