HISTÓRIA NATURAL

Aves de la tierra bíblica

Aunque Israel es un país pequeño, hasta la fecha los ornitólogos han registrado en él 530 especies de aves. Se estima que 500 millones de aves pasan por Israel durante la migración de primavera y otoño. Las que anidan en Europa y Asia central u occidental, incluidos Siberia y el Ártico ruso, vuelan cada año a sus lugares de invernada en el África tropical. Dado que el mar Mediterráneo supondría un obstáculo para muchas, se ven obligadas a seguir su migración a través de varios estrechos y puentes terrestres. Muchas especies optan por volar por el valle del Rift y hacia la península del Sinaí en su camino a África.

Además, Israel tiene muchas zonas climáticas y hábitats que se extienden desde el monte Hermón cubierto de nieve, hasta el desierto del Néguev; y desde la templada costa mediterránea, hasta el valle del Rift, que es más cálido. Por tanto, los ecosistemas variados contribuyen al gran número de especies que se encuentran en Israel. Los patriarcas bíblicos y Jesús probablemente habrían visto muchas de las mismas especies de aves que habitan o atraviesan esta tierra hoy.

Muchos tipos de aves habitan en Israel durante todo el año. Estas incluyen la gran águila real y especies más pequeñas como el reyezuelo y el suimanga palestino. Algunas, como la grácil curruca y el búho real, incluso viven en el mismo territorio durante todo el año. Otras, como el jilguero y el escribano triguero, vuelan en bandadas por todo el país durante la temporada no reproductiva.

Las aves migratorias llegan en primavera, empezando a mediados de febrero, ya sea para anidar y tener a sus crías en Israel, o se dirigen a áreas más nórdicas para anidar. Las aves que anidan llegan en marzo. Ya a finales de junio, el cernícalo primilla, la canastera común y el avión común comienzan a migrar a sus hogares de invierno. La mayoría inviernan en África, pero el escribano cabecinegro invierna en el noroeste de India. En septiembre tiene lugar la mayor parte de la migración de otoño, aunque algunos, como el alcotán europeo y la golondrina dáurica, se van en octubre.

Algunas aves eligen pasar el invierno en Israel durante diciembre y enero. Vienen de zonas de anidación de Europa y del centro y el norte de Asia.

La Biblia hace unas trescientas referencias a las aves, a menudo solo a «pájaro» o «ave» sin indicar una especie concreta. Debido a que las aves tienen alas y plumas, a diferencia de cualquier otra criatura, los escritores de la Biblia pensaban en ellas al usar metafóricamente términos como «alas», «plumas», «volador», etc. A menudo, las Escrituras no hablan de una especie individual, sino que menciona una categoría general como las «palomas». Las palomas pueden referirse a palomas bravías, pero también podrían incluir cualquiera de los otros seis tipos de palomas que se encuentran en Israel.

La paloma parece ser un ave favorita en la Biblia. Noé soltó una paloma después del diluvio para ver si las aguas habían bajado (Gén. 8: 8). El Salmo 68: 13 indica los vivos colores de una paloma. Salomón comparó a su amada con una paloma delicada (Cant. 2: 14). En los cuatro Evangelios, el Espíritu de Dios desciende sobre Jesús tras su bautismo, usando la imaginería de una paloma (o tórtola). Mateo 10: 16 emplea una paloma para representar la inocencia. La paloma también jugó un papel sacrificial en los servicios del templo. Aquellos que no se permitían comprar un cordero podían sustituirlo por tórtolas (un palomino pequeño) como ofrenda (Lev. 12: 6-8).

El «águila» hacía referencia a los grandes rapaces que cazaban durante el día. A veces los traductores traducen la palabra hebrea como «águila» y otras veces como «buitre». Las Escrituras señalan a las águilas por su ligereza (Jer. 4: 13), el poder de su vuelo (Isa. 40: 31) y el cuidado que ofrecen a sus crías (Éxo. 19: 4).

Cuando Israel se quejó de su comida en el desierto, Dios envío codornices para alimentarlos (Núm. 11: 31-33). Es posible que haya usado medios naturales para lograrlo. Durante la migración de otoño, un gran número de aves vuelan a través del Mediterráneo, realizando el vuelo en una noche. Agotadas, aterrizan en la península del Sinaí donde reúnen fuerzas para continuar su viaje.

Los autores bíblicos emplearon una gran variedad de imágenes de aves para enseñar muchas lecciones espirituales. Puesto que las aves nos sobrevuelan en lo que para nosotros representa otro mundo, simbolizaban las cosas espirituales en todo el Mundo Antiguo. Por ejemplo, Proverbios 26: 2 declara: «Como gorrión que vaga, o como golondrina en vuelo, así la maldición nunca viene sin causa». Jesús compara su amor por Israel con una madre gallina que intenta proteger a sus polluelos (Mat. 23: 37).

Las aves simbolizan la habilidad de escapar o huir de algo. Pero el Salmo 139: 9 dice que no se puede huir de Dios ni siquiera con las alas del alba. David deseó tener alas como las de una paloma para poder escapar de su problema (Sal. 55: 6). Las aves también simbolizan la vida sin preocupaciones que uno puede tener en Dios. Él les da su alimento diario (Luc. 12: 24; Job 38: 41) y ha usado aves para alimentar a los humanos (1 Rey. 17: 4-6). Los nidos representan seguridad (Cant. 2: 14; Jer. 48: 28). Las alas sugieren ligereza (2 Sam. 1: 23), fuerza (Isa. 40: 31) o el cuidado protector de un padre, especialmente en la relación con Dios (Éxo. 19: 4; Deut. 32: 11). La protección que Dios ofrece a su pueblo se compara con el acto de esconderlos bajo sus «alas» (Sal. 17: 8; 36: 7, etc.). También se la describe como «el sol de la justicia» que en sus alas traerá «salvación» (Mal. 4: 2).

Jesús usó el gorrión para enseñar la lección del cuidado del Padre celestial por nosotros (Mat. 10: 29-31). También representa el cuidado de Dios por las criaturas más pequeñas de su reino (Sal. 84 :3). Un gorrión solitario recuerda a la soledad (Sal. 102: 7). Algunos pájaros emiten un sonido que se percibe como un lamento (Miq. 1: 8, probablemente un búho; cf. Isa. 38: 14).

Los pájaros indicaban la llegada y el paso de las estaciones, ya que sus migraciones las movían de un lugar a otro durante el año. Dios le dijo a Israel que incluso las aves conocían las estaciones, pero ellos no conocían su juicio (Jer. 8: 7). También eran cronometradores diarios. El gallo cantaba a una hora tan regular que Jesús pudo referirse a su canto como a un marcador temporal (Mat. 26: 34; Mar. 13: 35). El canto de los pájaros servía como una llamada de atención para algunos (Ecl. 12: 4).

Birds of Israel: A Pocket Guide to Common Species.

Birding Site of Israel.

Paz, Birds in the Land of the Bible.

https://rb.gy/xsaukl.