PRÁCTICAS RELIGIOSAS

Lugares altos—1 Reyes 14: 23

Lo que las Escrituras denominan lugares altos eran sitios sagrados que las personas de la Antigüedad usaban como centros para adorar a Baal y a otros dioses (1 Rey. 14: 23). La palabra hebrea bamah (pl. bamoth) ‘lugar alto’, en realidad significa ‘espalda de una persona o un animal’. Puede también significar una elevación o la cima de una colina (1 Sam. 9: 19). Los lugares altos eran sitios al aire libre, en su mayor parte en un terreno elevado o colinas y a menudo estaban asociados con ashera (‘poste sagrado’), masseboth (‘piedras verticales’) o mizbeah (‘altar’). Los cananeos y otros pueblos adoraban a sus dioses, sacrificaban animales o niños o llevaban a cabo festivales religiosos en lugares altos. También eran centros de vida social.

Los arqueólogos han descubierto algunas ruinas de edificios complejos en la cima de colinas o en montículos artificiales que indican esas funciones de culto. Aunque los israelitas usaban esos sitios para la adoración (1 Sam. 9: 12-14; aun Salomón construyó algunos para sus esposas no israelitas [1 Rey. 11: 7] y ofreció sacrificios a Yahvé en los usados previamente para el verdadero Dios [1 Rey. 3: 3-4]), su creciente usurpación para la adoración pagana hizo que después de la construcción del Templo de Jerusalén, los profetas denunciaran con vigor la adoración o cualquier asociación con los lugares altos. Durante reformas religiosas, esos lugares altos podían ser derribados (2 Rey. 23: 8-15) o quitados por completo (2 Rey. 18: 4, 22). Deuteronomio 12: 3 y 16: 21-22 mencionan los tipos de objetos asociados con diversos lugares altos e indican que antes se llevaron a cabo rituales que involucraban imágenes y que se hacían ofrendas a diversas deidades. Un lugar alto podía ser colocado dentro de un edificio, la casa del bamah (véase 1 Sam. 9: 11-25).

Investigaciones arqueológicas recientes señalan que el bamoth podía consistir en una estructura urbana de salas múltiples con altares de incienso y para el sacrificio y puede que una liska, una sala donde comer (cf. 1 Sam. 9: 22-24). En Canaán, algunos asentamientos llevaban el nombre de Bamoth (Núm. 21: 19) o Bamot-Baal (Jos. 13: 17), lo que indicaba que eran lugares específicos para la adoración de Baal y que pueden haberse situado en colinas. Los santuarios podían encontrarse en cualquier parte (véase 2 Rey. 23: 8 y Jer. 7: 31).

A pesar de la tradición patriarcal de que Jacob estableció un masseboth (una piedra vertical o algún tipo de monumento) en un lugar al aire libre en Luz (Gén. 28: 22), el Antiguo Testamento condena la práctica (Lev. 26: 1; Deut. 7: 5) debido a su asociación con Baal. La adoración del verdadero Dios se mezcló cada vez más con la de Baal. Poco antes del cautiverio babilónico, esa adoración sincretista ya había invadido incluso el Templo en Jerusalén (2 Rey. 23: 6, 8, 14). Después del exilio, los judíos aparentemente dejaron de adorar a Yahvé en los lugares altos, aunque esas instalaciones de culto continuaron para otras religiones hasta bien entradas las eras griega y romana.

Geraty, “The ‘High Place’ in Biblical Archaeology”.

Mazar, “The ‘Bull-Site’–An Iron Age I Open Cult Place”, 27-42.

Yadin, “Beer-Sheba: The High Place Destroyed by King Josiah”, 10.