VIDA COTIDIANA

La esclavitud en el Antiguo TestamentoÉxodo 21

La práctica de la esclavitud en el Próximo Oriente Antiguo está muy confirmada. En Sumer, Hatti, Asiria, Nuzi, Babilonia e Israel existían códigos legales que la regulaban. Muchos pasajes del Antiguo Testamento tratan sobre leyes referentes a los esclavos (Éxo. 21; Lev. 25; Deut. 15) y destacan su importancia para los israelitas. Debido a que muchos lectores modernos se sorprenden al encontrar tales leyes en el Antiguo Testamento, es importante enfatizar que el tipo de esclavitud que la Biblia hebrea describe era muy diferente a la esclavitud que apareció en el mundo grecorromano y, más tarde, en Occidente.

La diferencia comienza con el vocabulario empleado por los autores bíblicos. La palabra hebrea ‘ebed, generalmente traducida como ‘esclavo’, tiene la connotación de ‘trabajador’ o ‘siervo’. La razón fundamental para tales leyes era evidente: dado que los israelitas habían sido esclavos o siervos en Egipto y Dios los había redimido, ellos también tenían que tratar a sus esclavos debidamente, siguiendo el ejemplo del Señor (Deut. 15: 15). Por ejemplo, a diferencia de Egipto, los esclavos de Israel trabajaban para pagar sus deudas durante seis años y eran liberados en el séptimo año (Éxo. 21: 2), aunque podían convertirse en esclavos de por vida si renunciaban a su derecho a la libertad voluntariamente (vers. 5-6).

El esclavo tenía un día libre a la semana, el sábado (Éxo. 20: 10), y también debía recibir abundantes provisiones de su amo en el momento de su liberación (Deut. 15: 12-14). Además, en Éxodo 21: 1-11, la palabra hebrea yatsa, ‘salir’, ‘salir de’, aparece siete veces indicando claramente que la liberación del esclavo, ya sea hombre o mujer, era el punto crítico en esta sección. El mismo verbo se emplea doce veces en los capítulos anteriores del libro para describir el éxodo de los israelitas de Egipto (Éxo. 3: 10-12; 6: 6-7, 13, 26; 7: 5; 12: 41-42, 51; 13: 3, 8-9). Era como si Dios le estuviera diciendo al pueblo de Israel: «Al igual que vosotros tuvisteis un éxodo, vuestros esclavos también deberán tener uno».  

Mantener un esclavo era muy costoso, sobre todo si el hombre estaba casado, tenía hijos y había tenido que venderse como esclavo. En tales casos, posiblemente tenía que trabajar más de seis años (Lev. 25: 39-40), es decir, hasta el año del jubileo. Pero, durante ese tiempo, los esclavos eran tratados como trabajadores contratados o residentes temporales (vers. 40). Sin embargo, los esclavos extranjeros no tenían los mismos privilegios. Los hebreos los trataban como propiedad (vers. 45) y los tenían para siempre (vers. 46). Es muy probable que esas personas fueran prisioneros de guerra llevados a Israel tras una batalla.

Los esclavos en Israel tenían un estatus elevado en comparación con otras culturas de la región circundante, tanto los esclavos israelitas como los esclavos extranjeros. Si un esclavo moría tras ser golpeado por su amo, los jueces interpretaban el delito como un crimen premeditado, castigando al amo con la pena de muerte como si le hubiera quitado la vida a una persona libre. Probablemente, esta ley es la más antigua del Oriente Próximo que protegía a los esclavos frente al abuso por parte de sus amos, al igual que en Egipto, donde una persona debía confesar: «No he oprimido a los esclavos ni he denigrado a un esclavo ante su amo ni he tratado con dureza a un esclavo» para entrar en la otra vida (Papiro de Nu).  

Sin embargo, si el amo lastimaba a un esclavo que después de unos días se recuperaba, el amo no era ejecutado. La razón para ello aparece en Éxodo 21, al final del versículo 21 que en la mayoría de las versiones se traduce así: «porque es de su propiedad» (DHH)/ «su dinero» (PDT). La frase hebrea también podría leerse de la siguiente manera: «porque esa (i. e., tarifa) es su propiedad/dinero», en la que «esa» se refiere a la atención médica proporcionada por el amo (cf. vers. 18-19) que satisfacía así los cargos del juez levantados en su contra.

Las leyes que regulaban la esclavitud en el Antiguo Testamento eran un intento de mitigar los peores efectos de una práctica cultural que continuó a lo largo del Próximo Oriente Antiguo.

Averbeck, “The Egyptian Sojourn and Deliverance from Slavery in the Framing and shaping of the Mosaic Law”, 143-175.

Gane, The NIV Application Commentary: Leviticus and Numbers, 429-448.

Hoffner, “Slavery and Slave Laws in Ancient Hatti and Israel”, 130-156.