TIERRAS Y LUGARES

La ciudad de Samaria—Isaías 7: 9

La ciudad bíblica de Samaria estaba situada en la Palestina central, en la moderna Cisjordania, a 56 kilómetros al norte de Jerusalén. Jeroboam formó el llamado reino del norte después de la muerte de Salomón, pero no tenía una residencia real fija, dado que vivió en momentos diferentes en Siquem, Penuel, Betel y, finalmente, Tirsa. El último sitio fue capital del reino bajo seis reyes: Jeroboam, Nadab, Baasa, Ela, Zimri y Omri. Después Omri estableció una capital permanente en el año 883 a. C. Durante el sexto año de su reinado, compró la colina de Samaria, que pertenecía a Semer. También construyó una ciudad sobre ella que llamó Samaria, en referencia, probablemente, a su anterior dueño (1 Rey. 16: 23-24).

En especial bajo Acab, su hijo y sucesor, la ciudad real adquirió mejoras significativas como muros fortificados, un palacio, edificios públicos y otras características de una importante ciudad capital. El matrimonio de Acab con Jezabel, la princesa sidonia, trajo a Samaria no solo la riqueza de la casa real de Sidón sino también el sincretismo religioso que el profeta Elías tuvo que confrontar (1 Rey. 17).

Aunque Jehú derrocó a la dinastía de Omri en 842 a. C., el nombre de la dinastía persistió fuera de Israel. Registros de la corte asiria describen a Samaria como el reino de Omri. Samaria soportó varios sitios, pero logró sobrevivir. En cierta ocasión, fue librada milagrosamente después de una severa hambruna (2 Rey. 6: 24–7: 20). Samaria duró alrededor de un siglo y medio bajo los catorce reyes que gobernaron el norte de Israel desde allí hasta que Salmanasar V y Sargón II la sitiaron. Después de tres años, la conquistaron en el año 722 a. C. (2 Rey. 18: 9-10). Entonces los asirios tomaron prisionero a Oseas, el último rey de Israel, y junto con casi treinta mil cautivos, los deportaron a las regiones de Halah y Media (vers. 11) y destruyó para siempre el reino del norte de Israel.

Los imperios de Persia, Grecia y Roma consideraron a Samaria un punto estratégico donde tener sus guarniciones militares. El punto máximo de la grandeza de Samaria se produjo ca. 30 a. C., durante el reinado de Herodes el Grande, quien reconstruyó, refortificó y embelleció la ciudad con edificios magníficos, para agradar a su esposa Mariamna, a quien le dio la ciudad. Herodes rebautizó a la ciudad Sebaste o «Augusta» para honrar a César Augusto. El nombre sobrevive en la aldea árabe cercana de Sebastia.

Las excavaciones llevadas a cabo por la Universidad de Harvard entre 1908 y 1910 descubrieron los masivos cimientos del palacio de Omri (1 Rey. 22: 39), lo que incluye sus extensiones construidas por Acab y Jeroboam II. En el presente, Samaria ya no existe como ciudad sino como ruinas que los turistas pueden visitar.

Kenyon, “Samaria”, Enciclopedia de la Biblia.

Purvis, “Samaria”, The Anchor Bible Dictionary, 914-917.

Tappy, “Samaria”, The Oxford Archaeology in the Near East.