TIERRAS Y LUGARES

Jericó en tiempos del Nuevo Testamento—Lucas 10: 30

La Jericó del Nuevo Testamento era distinta de la Jericó con la que Elías y Eliseo estaban familiarizados. Durante el gobierno hasmoneo, unos cien años antes de Jesús, Jericó fue trasladada del antiguo sitio de Tel es-Saltan, a algunas colinas bajas, unos 800 metros al sur (Tulul Abu-el Alayiq). El Wadi Qelt pasaba por el medio de esta nueva ubicación hacia el valle del Jordán. Los arqueólogos todavía no han excavado la Jericó del Nuevo Testamento completamente.

El clima invernal de Jericó es cálido y agradable, a diferencia de Jerusalén, donde puede hacer frío e incluso nevar. Los hasmoneos construyeron su palacio de invierno aquí, al igual que Herodes, que también hizo un gran esfuerzo para embellecer Jericó. Los palacios se alzaban a la entrada del Wadi Qelt, bajo los acantilados del desierto de Judea. Aunque se utilizaban para el descanso y la relajación, los palacios también servían como centros administrativos. Un acueducto transportaba agua desde los manantiales de Wadi Qelt para llenar embalses y piscinas, regar el jardín real y también irrigar las extensas tierras reales en las que el personal del palacio cultivaba dátiles, plantas aromáticas y especias. Las fortalezas Doq y Cyprus, ubicadas en los acantilados que se alzaban por encima de los palacios, eran puestos de seguridad.

El palacio hasmoneo estaba en la parte norte del Wadi Qelt y reflejaba arquitectónicamente la influencia helenística con su patio abierto y salas adyacentes. Las salas elegantes para el entretenimiento tenían frescos coloridos y los baños contenían bañeras. La presencia de baños rituales (mikvehs) sugiere que el palacio de Herodes pudo haber contado con una sinagoga.

El palacio de Herodes era más elaborado que el hasmoneo. Primero construyó en la parte sur del Wadi, con el palacio hasmoneo en la parte norte. Su palacio también tenía un patio abierto con salas en sus tres lados. Una gran sala de invitados con hileras de columnas en los tres lados se abría hacia el patio al este. Herodes calentaba su casa de baños forzando aire caliente bajo el suelo elevado al estilo romano. 

Un terremoto destruyó el primer palacio de Herodes en el año 31 a. C. Cuando Herodes emprendió la reconstrucción, lo hizo parcialmente sobre el palacio hasmoneo. Finalmente, su segundo palacio acabó ocupando unas tres hectáreas y alcanzando ambos lados del Wadi Qelt, con un puente que se extendía sobre el Wadi y conectaba ambos lados. Además del palacio, Herodes también construyó un teatro, un hipódromo (pista de carreras) y, posiblemente, un gimnasio al sur de Tell es-Saltan. Murió en Jericó en el año 4 a. C.

Los dátiles crecían bien en las áreas alrededor de Jericó. El historiador romano Plinio menciona que las plantaciones de dátiles junto con las de bálsamo hicieron que la ciudad prosperara. Árboles como el higo sicómoro (Fiscus sycomorus L.), que también crece en el valle del Jordán, delineaban las calles de Jericó durante el tiempo de Jesús. Debe haber sido a lo largo de una de esas calles arboladas donde Zaqueo se paró en Lucas 19. El ciego Bartimeo pudo haber estado sentado en el camino entre la viejo Jericó, de donde Jesús venía (véase Mat 20: 19, Mar. 10: 46), y la nuevo Jericó hacia donde se dirigía (véase Luc. 18: 35). La historia de Jesús sobre el buen samaritano tuvo lugar en el camino hacia Jericó (Luc. 10: 30-37).

Jericó era el principal oasis en el valle del Jordán para los peregrinos que viajaban a Jerusalén. Los judíos intentaban evitar Samaria, así que una alternativa para los de Galilea era descender por el valle del Jordán hasta Jericó y luego ir hacía el oeste en dirección a Jerusalén.

Meyers, The Oxford Encyclopedia of Archaeology in the Near East.

Unger, Archaeology and the New Testament.

Walker, In the Steps of Jesus.