PRÁCTICAS RELIGIOSAS

Los esenios—Lucas 3

Los esenios fueron la tercera secta religiosa más importante entre los judíos, después de los fariseos y saduceos durante el siglo I a. C. Vivieron en toda Judea, pero en general evitaban las ciudades, eligiendo congregarse y crear sus propias comunidades en el desierto, al oeste del mar Muerto. Filón y Josefo, que escribieron en el primer siglo, estiman que la población esenia tenía alrededor de cuatro mil miembros.

A los esenios se los ha asociado con varias colecciones de pergaminos encontrados en las cuevas cerca del mar Muerto. Debido a las similitudes con las reglas comunitarias de los esenios, que se dieron a conocer a través de las descripciones hechas por testigos oculares (Filón, Josefo y Plinio) y a través de los descubrimientos arqueológicos en las ruinas de Khirbet Qumrán, que proporcionan información sobre su vida cotidiana, la mayoría de los académicos creen que los esenios realmente podrían ser la comunidad Qumrán de donde provienen los pergaminos del mar Muerto. Ciertamente, los esenios y la comunidad de Qumrán mostraban interés por los escritos antiguos, tanto las Escrituras como otros libros. Escribieron dieciocho comentarios que intentaban mostrar cómo su comunidad había cumplido ciertas profecías bíblicas. Además, reflejaron pautas comunitarias en obras como la Regla de la congregación, Regla de la comunidad y el Documento de Damasco. Tales documentos hablaban sobre un Maestro Justo, que los había guiado al desierto de Judea para organizarse como un grupo del pacto que prepararía el camino para una nueva era inaugurada por una guerra, que se libraría tanto a nivel físico como espiritual.

Varias comunidades esenias de diferentes tamaños podrían haber vivido a lo largo de la orilla oeste del mar Muerto al norte de Masada. Algunas se relacionaban libremente con la sociedad predominante mientras que los de Qumrán preferían vivir más bien como un grupo autónomo aislado. Los primeros informes de testigos oculares nos dicen que su ocupación principal era la agricultura, aunque también eran pastores, artesanos y apicultores. Evitaban participar en las actividades religiosas que tenían lugar en el Templo de Jerusalén.

Los académicos siguen debatiendo sobre el significado del nombre «esenio». Algunos creen que está relacionado con «piedad» o «santidad», pero no han llegado a una respuesta concluyente. Un día esenio comenzaba antes del amanecer con oraciones. Luego, la comunidad trabajaba hasta el mediodía y por la tarde hasta la noche. Comían comidas comunes al mediodía y por la tarde. Los esenios consideraban que las comidas eran sagradas y practicaban el silencio durante las mismas. Además, al mediodía, participaban en un baño de purificación como parte de un ritual diario. Los arqueólogos han encontrado varias piscinas grandes en Qumrán que parecen ser mikveh o baños rituales.

El historiador romano Plinio describe la comunidad esenia como completamente masculina, sus miembros habían renunciado a cualquier deseo sexual y dinero y tenían «solo a las palmeras como compañía». Refugiados cansados con la vida incrementaban su número diariamente, creando así «una raza en la que ningún nacido vive para siempre». Josefo lo confirma, aunque más tarde menciona un grupo similar que sí se casaba. Sin embargo, los arqueólogos encontraron esqueletos de mujeres y también de niños en los cementerios de Qumrán.  

Los que querían unirse a la comunidad se sometían a un periodo de iniciación que duraba tres años, durante el cual el hombre seguía el estilo de vida esenio fuera de la comunidad e iba obteniendo privilegios dentro de la comunidad gradualmente. Se esperaba que todos obedecieran a los miembros ancianos o, de lo contario, corrían el riesgo de ser expulsados. La comunidad compartía la mayoría de los bienes materiales y todos practicaban una frugalidad extrema. Los arqueólogos han excavado cientos de monedas en el edificio principal de Qumrán, pero ninguna en las viviendas, lo que, nuevamente, indica una propiedad común. 

La vida y el ministerio de Juan el Bautista tuvo lugar en la cercanía de las comunidades esenias, en la orilla oeste del mar Muerto. Juan podría haber tenido contacto con la comunidad esenia, pero no era esenio. Al igual que estos, vivió una vida ascética y realizó bautismos, pero su rito bautismal era para todos, no solo para los miembros de la comunidad aislada. Además, su bautismo era un acto único para la limpieza moral y el arrepentimiento, mientras que los esenios lo realizaban diariamente para eliminar la impureza ritual. Las fuentes de Qumrán no mencionan nada similar a su dieta a base de langostas y miel. Además, Juan interactuaba voluntariamente con personas que habrían «contaminado» a los de la comunidad esenia. Los esenios se retiraban para conservar su santidad. Juan buscaba el contacto con la gente para llevar la posibilidad de santificación a otros.  

Josefo menciona a dos esenios por su nombre. «Judas el esenio» vivía en Jerusalén, tenía el don de la profecía y «enseñaba a sus alumnos a entender las palabras de los Profetas». Aunque los esenios se preocupaban por la santificación y no fabricaban armas, Josefo identifica a «Juan el esenio» como un líder militar. Alrededor de mediados del siglo I, los judíos se rebelaron contra los romanos. El conflicto destruyó a la comunidad esenia.

Evans y Porter, Dictionary of New Testament Background.

Harrison, “Essenes”, The Zondervan Encyclopedia of the Bible.

Walton, “Qumran and the New Testament”.