TIERRAS Y LUGARES

Betsaida—Marcos 6: 45

La fuente más antigua del lugar llamado Betsaida (‘casa de la pesca’ o ‘casa de la caza’) es el Nuevo Testamento, donde la palabra aparece en siete ocasiones (Mat. 11: 21; Mar. 6: 45, 8: 22; Luc. 9: 10, 10: 13; Juan 1: 44, 12: 21). El historiador judío del siglo I d. C. Flavio Josefo también menciona ese lugar (Antigüedades 18:28).

La Betsaida del Nuevo Testamento estaba ubicada en la costa noreste del mar de Galilea al este del río Jordán, en el distrito de Gaulanitis. La proximidad de Betsaida a Galilea o la expansión del término Galilea para cuando se escribió el Evangelio de Juan puede ser la razón de que Betsaida fuera identificada con Galilea en la última parte del siglo I d. C. (cf. Juan 12: 21). Betsaida era tan solo una aldea de pescadores hasta que Felipe, hijo de Herodes el Grande, la mejoró y agrandó hasta que alcanzó el estatus de ciudad (polis) ca. 30 d. C. y le dio el nombre de Julio. Es interesante que los Evangelios se refieren a ella mayormente con ese estatus (Mat. 11: 20, Luc. 9: 10; 10: 8, 12; Juan 1: 44). La excepción es el Evangelio de Marcos (8: 26), que conserva el recuerdo anterior de Betsaida como aldea (kõmē). Felipe también alteró el nombre del lugar a Julias (Josefo, Antigüedades 18:28). Aunque Plinio el Viejo también registra a Julias (Historia natural 5.15) y Ptolomeo (Geografía 5.16) en el siglo I y II, respectivamente, este nombre romano parece haber durado poco en Palestina, porque no fue conservado en los autores del Nuevo Testamento.

La Betsaida del siglo I resulta significativa para los estudiantes de la Biblia, porque es el lugar del cual provenían al menos tres discípulos de Jesús: Andrés, Pedro y Felipe (Juan 1: 44). Asimismo, el lugar está asociado con la zona en la que Jesús sanó a un ciego (Mar. 8: 22–26), alimentó a cinco mil (Luc. 9: 10–17) y está cerca del lugar donde Jesús caminó sobre las aguas (Mar. 6: 45–51).

Además de las historias positivas, el Nuevo Testamento también informa que Jesús habló en forma negativa de Betsaida (Mat. 11: 20–24; Luc. 10: 13–15). De esas palabras se puede inferir que, junto con Corazín y Capernaúm, Betsaida fue un pueblo que se vio muy favorecido por la presencia y los milagros de Jesús y que él esperaba que los habitantes de esos lugares respondieran con arrepentimiento por sus pecados. Al negarse a reformar sus vidas después de los actos de misericordia de Jesús en favor de ellos, se expresó que su condición en el juicio final sería peor que la de los habitantes de ciudades paganas como Tiro, Sidón y Sodoma.

En el siglo II, después de guerras y terremotos, las ruinas de Betsaida parecen haber sido abandonadas. Después de su desaparición, el nombre del lugar puede haber sobrevivido en la literatura rabínica como Tzaidan (nótese la similitud entre betzaidan ‘en Tzaidan’ y betsaida). Para el siglo IV, parece haberse perdido el conocimiento del lugar. La información que reunimos del historiador de la iglesia Eusebio, que nada añade a descripciones previas, parece confirmar esta percepción. Durante siglos, los peregrinos viajaron hasta la costa norte del mar de Galilea, procurando hallar el lugar.

En el siglo XIX (1838), el investigador estadounidense Edward Robinson identificó et-Tell, casi a dos kilómetros del mar, como Betsaida. Cuatro décadas después, el alemán Gottlieb Schumacher propuso el-Araj, junto a la costa, como la ubicación del antiguo poblado. Las ruinas, en su mayoría del período bizantino, en el-Araj han presentado dificultades para conectarlo con Betsaida. Hace poco, sin embargo, se han hallado ruinas romanas y también evidencia de una iglesia bizantina construida en lo que se creía que era la casa de Pedro y Andrés, lo que ha revivido la posibilidad de que este sea el sitio de Betsaida-Julius. En 1987, Rami Arav inició el «Proyecto de Excavación de Betsaida» y concordó con Robinson en identificar a Betsaida como et-Tell. Pero la posición de Arav ha sido desafiada sobre la base de la distancia del montículo del lago y por la escasez de hallazgos arqueológicos del período romano. En el presente, aunque la búsqueda de la Betsaida del siglo I gira en torno a et-Tell, el-Araj, zonas circundantes o una combinación de ellas, su ubicación precisa sigue siendo incierta. Se necesitan investigaciones adicionales para aclarar la identificación de este poblado del siglo I.

Arav y Freund, Bethsaida: A City by the Shore of the Sea of Galilee.

Strickert, Bethsaida: Home of the Apostles.

Savage, Biblical Bethsaida: An Archaeological Study of the First Century.

Rainey y Notley, “The Search for Bethsaida”, 356-359.