TIERRAS Y LUGARES

Magdala—Mateo 15: 39

Ubicada justo al norte de Tiberíades, Magdala era una ciudad grande y rica sobre el mar de Galilea. Fundada en el siglo II a. C. por los asmoneos, pertenecía aparentemente a la «región de Magdala» (véase Mat. 15: 39). El Talmud la menciona varias veces (por ejemplo, en b.Shab. 139a; y.Sheb. 9.1). Su nombre en hebreo es Migdal Nûnayya’ (‘Torre del pescado’). Debido a su nombre y a su gran bahía en forma de L (de 247 metros de largo), la pesca era una industria significativa para la ciudad, así como también el comercio con Decápolis en la costa este de Galilea. Un mosaico descubierto en el suelo de un propietario acaudalado muestra un barco similar al así llamado «barco de Jesús» descubierto en 1986. Josefo menciona la alineación de 230 barcos en esa zona durante la primera revuelta judía (War 2.635).

Las excavaciones de Magdala han descubierto amplios bulevares, un suministro de agua potable bien desarrollado con pozos y fuentes, y un gran complejo de baños públicos. Uno de los hallazgos más importantes fue una gran sinagoga (de 120 metros cuadrados) con un banco de piedra que recubre las paredes interiores, una plataforma elevada con mosaicos y paredes decoradas con frescos coloridos. Una mesa de piedra, usada probablemente para leer las Escrituras hebreas, poseía imágenes en la parte superior y a los lados del Templo de Jerusalén, lo que incluía arcos, un incensario, vasos rituales y la representación más antigua de una menorá hallada fuera de Jerusalén. No lejos de la sinagoga había cuatro baños rituales, algo inusual, dado que están tan cerca del mar de Galilea, que en sí mismo podía servir para la purificación ritual.

Aunque varios pueblos del siglo I en Israel tenían el término migdal como parte de su nombre, este es el único que está cerca del mar de Galilea. Considerando su tamaño, importancia, ubicación y población judía significativa, es probable que Magdala fuera una de las ciudades que visitó Jesús (Mat. 9: 35). Ubicada en el extremo sur de la llanura de Genesaret, muy probablemente fuera también el hogar de María Magdalena (Mar. 15: 40), de quien Jesús expulsó siete demonios (Luc. 8: 2), y donde algunos fariseos y saduceos le pidieron a Jesús una señal del cielo (Mat. 16: 1-4).