TIERRAS Y LUGARES

Cesarea de Filipo—Mateo 16: 13

En griego Καισάρεια Φιλίππη (Kaisareia Philippi). Era una ciudad del norte de Palestina. Fue centro de culto pagano desde la época de los cananeos hasta el Nuevo Testamento. Se construyó sobre una antigua ciudad cananea al noreste del mar de Kineret, a los pies del monte Hermón. Primero fue un centro de culto cananeo dedicado, probablemente, a Baah Hermón (Jue. 3: 1-7). La región fue conquistada por la tribu de Dan (Jue. 18). Después de la invasión de Alejandro Magno, los griegos construyeron santuarios junto a la fuente dedicados a su dios Pan. Desde entonces la ciudad se conocería como Panias, incluso durante el gobierno de la dinastía de los asmoneos. Los romanos entregaron la zona a los árabes de Iturea aunque más tarde quedaría bajo control de los herodianos (Luc. 5: 1). El hijo de Herodes el Grande, el tetrarca Filipo, la convirtió en una ciudad importante y la llamó Cesarea de Filipo para distinguirla de Cesarea Marítima.

Jesús viajó a la zona en un momento cercano al fin de su ministerio. Durante ese viaje preguntó a los discípulos quién pensaban que era, por lo que Pedro declaró que Jesús era «el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mat. 16: 16). Jesús pudo haber pensado en este lugar para llevar a cabo un retiro espiritual por tratarse de uno de los más bellos de Palestina, con numerosos arroyos que descendían de los montes cercanos. Al referirse a la reputación de Cesarea de Filipo, relacionada con las puertas del infierno y dedicada a Pan, dios del miedo, transmitió un significativo mensaje. Jesús animó a los discípulos a creer en él como el Cristo, el Señor soberano del miedo y de las fuerzas del Hades (Mat. 16: 18). Reveló su identidad porque quería que los discípulos aprendieran a confiar en su poder para construir y sostener la iglesia contra las adversidades a las que tendría que enfrentarse durante la evangelización del mundo pagano, del cual Cesarea de Filipo era una buena muestra.