TIERRAS Y LUGARES

Pella—Mateo 24: 16

La ciudad de Pella (conocida hoy como Tabaqat Fahil) se encuentra en la región montañosa a unos 3 kilómetros al este del río Jordán y a 32 kilómetros al sur del mar de Galilea. Su nombre provenía del de la ciudad macedonia que fue el lugar de nacimiento de Alejandro Magno, que conquistó el Levante en 332 a. C. Debido a su amplio suministro de agua, Pella es una de las áreas más hospitalarias del valle del Jordán.

Los egipcios mencionaron Pella en sus listas de ciudades que conquistaron durante el segundo milenio antes de Cristo. Sin embargo, entre 1100 y 800 a. C., su población disminuyó notablemente. Ese hecho, junto con la falta de hallazgos arqueológicos significativos de ese período, podría explicar por qué el Antiguo Testamento no hace referencia a este sitio. Tras su destrucción en el año 82 a. C., los romanos reconstruyeron la ciudad en el año 63 a. C. y, junto con otras ciudades liberadas del dominio hasmoneo, pasó a formar parte de la Decápolis.

Aunque el Nuevo Testamento no habla de ella, es posible que Jesús visitara Pella al viajar por la región (Mar. 5: 1-20; 7: 31-37). Sin embargo, no sería hasta algunos años después que Pella llegaría a ocupar un lugar esencial en la historia del cristianismo. En aparente obediencia a las advertencias de Cristo con respecto al futuro de Jerusalén (Mat. 24: 15-16), en el año 67 d. C., los cristianos huyeron a Pella (a una distancia de unos 90 kilómetros) para escapar del ataque romano a la ciudad durante la primera revuelta judía. La elección de Pella sería lógica, especialmente si se trataba de cristianos de origen griego que, sin duda, estarían a salvo de las fuerzas romanas, ya que no era una «ciudad judía».

Más tarde, el cristianismo floreció en Pella. La antigua ciudad dejó de existir en el año 747 d. C. cuando quedó prácticamente destruida por un terremoto.