TIERRAS Y LUGARES

Capernaúm—Mateo 4: 13

Los cuatro Evangelios mencionan Capernaúm, el pueblo que Jesús usó como base para su ministerio público (Mat. 4: 13; Mar. 2: 1). Fue allí donde sanó al paralítico que descendió por el techo (Mat. 9: 2-8; Mar. 2: 1-12; Luc. 5: 17-26), donde se encontró con el centurión que le pidió que sanara a su siervo (Mat. 8: 5-13; Luc. 7: 1-10) y donde su palabra sanó al hijo enfermo del oficial (Juan 4: 46-54). Fue también allí donde Jesús pagó milagrosamente el impuesto del Templo (Mat. 17: 24-27) y donde sanó en sábado al hombre con un espíritu inmundo (Luc. 4: 31-37). Asimismo, Juan 6: 59 declara que Jesús enseñó en la sinagoga de Capernaúm.

El griego del Nuevo Testamento reproduce el nombre de la aldea como Kapharnaoum (Καφαρναοὺμ), que refleja el nombre hebreo/arameo כְּפַר נַחוּם, Kfar Naḥūm, o la Aldea de Nahúm.

Capernaúm era una pequeña aldea pesquera en la ribera norte del mar de Galilea. La arqueología revela una ocupación continua desde el siglo V a. C. al siglo X d. C. En su tamaño máximo durante el período bizantino, se extendía unos trescientos metros junto a la playa, y doscientos metros tierra adentro, con una población de aproximadamente 1.500 personas. Durante el tiempo de Jesús, la aldea era ligeramente más pequeña.

En la actualidad, Capernaúm  es un sitio arqueológico abierto al público. Las ruinas más destacadas son las de la antigua sinagoga. Sus paredes han sido reconstruidas parcialmente para permitir que las visitas imaginen cómo habrán sido en la Antigüedad. Los arqueólogos han hallado más de treinta mil monedas en el suelo de la sinagoga que datan de tiempos romanos tardíos, lo que indica que la sinagoga fue construida durante ese período. En otras palabras, las ruinas indican que la sinagoga actual fue construida mucho después de los tiempos de Jesús. El arqueólogo Stanislao Loffreda señala que los bloques bien moldeados de piedra caliza de la sinagoga tuvieron que ser importados de otra parte, dado que en la zona no hay piedra caliza. También destaca que los bloques de piedra caliza descansan sobre cimientos creados a partir de rocas de basalto. Esas rocas no necesariamente concuerdan con las marcas de la sinagoga posterior, lo que sugiere que las rocas de basalto formaron los cimientos de la sinagoga que existió durante los tiempos de Jesús.

Otra característica destacada del lugar son las ruinas de una iglesia construida en forma de octógono durante el reinado del primer emperador romano que se adhirió al el cristianismo, Constantino el Grande (reinó del año 306-337). La iglesia, construida por petición de la madre de Constantino, se edificó supuestamente sobre las ruinas de la casa de la suegra de Simón Pedro, donde Jesús y sus discípulos se alojaron en Capernaúm (Mar. 1: 29-31). De hecho, los arqueólogos han descubierto que la iglesia se encuentra sobre una casa ocupada durante los días de Jesús. Al parecer, una de las habitaciones de la casa fue adaptada para fines públicos hacia finales del siglo I. Loffreda señala que se trata de una evidencia de un lugar de culto cristiano muy temprano. No es de asombrar que no todos tengan tanta seguridad como Loffreda de que las evidencias arqueológicas brinden fuerte apoyo a la idea de que la iglesia fue erigida sobre la casa de la suegra de Pedro, pero es una posibilidad.

Ubicadas entre la sinagoga y la iglesia se encuentran las ruinas de casas de tiempos de Jesús. Estas aportan una visión única de las condiciones de vida que experimentó Jesús y sus discípulos durante su ministerio público. Las casas limitan con caminos estrechos cubiertos de piedras, en su mayoría de basalto. Los constructores podían trabajar rápidamente la piedra caliza con las herramientas de hierro disponibles durante la ocupación romana de Palestina y eran capaces, por lo tanto, de darle forma de bloques rectangulares para construir paredes rectas. El basalto, sin embargo, era un material mucho más duro. Aunque las aldeas lograron picar parte de las rocas de basalto para que uno de sus lados fuera más o menos plano, la mayoría de las piedras usadas para cubrir los caminos, los patios y construir las paredes de las casas eran piedras del campo de formas y tamaños irregulares.

Las casas estaban compuestas por pequeñas habitaciones con suelo de tierra y ventanas estrechas construidas con dinteles de piedra al nivel del suelo. Las habitaciones se agrupaban alrededor de un patio compartido. Lo llamativo es lo cerca que tenían que vivir unos de otros. Ayuda a explicar la parábola del hombre atrevido que llega a medianoche y molesta a su amigo para que le dé algo que comer, para que no despierte al resto de la familia e incluso a los vecinos (Luc. 11: 5-8).

Unas pocas casas de la Capernaúm del siglo I tenían tejados cubiertos de tejas de cerámica. La mayoría de los tejados, sin embargo, estaban hechos de madera y arcilla que se encontraba en la zona. Esos tejados consistían en vigas más grandes, colocadas de una pared a la otra y de otras más pequeñas que se cruzaban de lado a lado. El dueño los cubría con arcilla compacta. A través de un tejado de este tipo le hicieron un hueco al paralítico los que lo cargaban. A través del hueco bajaron al hombre frente a Jesús, mientras este hablaba con los fariseos y escribas que habían venido desde Jerusalén (Mar. 2: 3-4; Luc. 17: 1-19).

Mattila, “Revisiting Jesus’ Capernaum: A village of Only Subsistence-level Fishers and Farmers?”, 75-138.

McIver, “Archaeology of Galilee”, 1-27.