HISTORIA NATURAL
Para el territorio tan pequeño que ocupa, Israel contiene una gran variedad de ecosistemas mediterráneos. Al viajar de la costera Tel Aviv hasta el mar Muerto pasando por Jerusalén, se puede ver la mayor parte de las regiones geográficas naturales del país junto con su vegetación.
Aunque las diversas regiones de Israel albergaban muchos tipos de plantas, la Biblia no siempre usa nombres específicos de plantas. Un nombre hebreo o griego bien puede agrupar varias plantas juntas (como es el caso de los juncos o el cedro) o referirse a toda una categoría («espinas»). Al lector moderno no le resulta fácil determinar qué planta específica tiene en mente el texto. Sin embargo, con el conocimiento exacto de lo que crece en Israel, de los restos de la planta o semilla que encuentran los arqueólogos en sus excavaciones y de una lectura detenida de las referencias bíblicas, los estudiosos han alcanzado algunas certezas y muchas suposiciones de bases sólidas.
Desde el oeste al este, la tierra de Israel está formada por llanuras costeras, la Sefelá (una zona de colinas bajas), montañas, el valle del Jordán y Transjordania, con desiertos en las colinas orientales de las montañas y en el Neguev. Asimismo, las plantas en una topografía similar pueden variar ligeramente desde Dan (en el norte) hasta Beerseba (en el sur).
A lo largo del Mediterráneo, las cambiantes dunas de arena crearon pantanos en las llanuras costeras en las que crecen juncos (en hebreo, kaneh, una palabra que designa toda una categoría) como el junco común y la cañabrava, los juncos (agmon, término general para plantas del agua o pantanos que tienen aspecto de junco, como en Isa. 58: 5), la espadaña o totora (suf) y algunos papiros (gomeh). Más adentro, en las llanuras costeras, así como también en los valles, tenían hierbas perennes y el suelo fértil, lo que hacía que fueran posibles los cultivos. A lo largo de la costa de Jafa hasta Haifa crecían bosques de robles caducifolios.
Las laderas (Sefelá) de piedra caliza albergaban huertos y cultivos en las partes planas. Bosques de pinos, el roble perenne y el maquis (matorrales perennes con árboles dispersos) cubrían las montañas de Judá. Las laderas de las montañas también tenían huertos frutales y agricultura de secano en terrazas (sin irrigación), que producían tanto en verano como en invierno.
Al este de Jerusalén, las precipitaciones disminuyen rápidamente y la vegetación se transforma en arbustos enanos y plantas del desierto. Los alrededores del mar Muerto y el sur (el Neguev) son un desierto real que contiene plantas similares a las del Sahara. Fuentes de agua fresca sustentan pequeños oasis donde crecen plantas tropicales, lo que incluye la palmera datilera y el álamo del Éufrates. En las colinas desérticas, era posible un tipo de agricultura en terrazas, sustentada por las escasas aguas que corrían por la zona. Cerca de los bosques, el desierto de Judea y parte del Neguev tenían suficientes pastos e hierbas (incluido el ajenjo) para que pastaran las ovejas y las cabras.
En el valle de Judea a lo largo del Jordán, así como en otros arroyos y fuentes de agua, crecían la adelfa, el álamo blanco, los sauces (aravah), el álamo del Éufrates (tzaftzafah) y el plátano oriental (armon). La meseta de Transjordania recibía lluvias moderadas y era conocida por su capacidad de proveer de pasto para el ganado.
En el norte, el valle de Dan era una llanura fértil con numerosas fuentes de agua y arroyos. Más hacia el sur, en el valle del Jordán superior, se encontraba la fuente más grande de papiro (gomeh) de Israel, parte del cual también crecía en las riberas de la costa. Israel es el límite norte de la planta. Los bosques con robles de Tabor estaban esparcidos en toda la zona. Aún más hacia el sur, fértiles llanuras agrarias bordeaban el mar de Galilea.
Aunque la Biblia menciona los cardos y las zarzas, no es posible determinar qué especie determinada tenía en mente el texto. Los términos hebreos parecen referirse a la categoría de vegetación espinosa y tienen que haber incluido plantas y arbustos como la corona de Cristo y la pimpinela espinosa (cualquiera de las cuales puede haber sido parte de las espinas colocadas sobre la cabeza de Jesús), la zarza espinosa (con su fruto comestible), los cardos, la cizaña, la ortiga y la cambronera. Algunas son plantas del desierto que se encuentran en el desierto del Sinaí.
Las hierbas silvestres y «hierbas amargas» eran términos colectivos para referirse a las plantas salvajes. Tanto en zonas frondosas como en los desiertos era posible hallar especies individuales. Ejemplos de esto incluyen el hisopo sirio (se cree que fue la planta usada para rociar la sangre en los dinteles durante la Pascua; véase Éxo. 12: 22), la alcaparra, la alcea, la malva, la achicoria enana, la cosconilla o lechuguilla dulce y la rúcula. La gente usaba la mayoría de estos tipos de plantas para ensaladas y unas pocas tenían frutos.
Hepper, Baker Encyclopedia of Bible Plants.
Zohary, Plants of the Bible.