2 de enero | TODOS

Dios crea al hombre y la mujer

«Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gén. 1: 27).

Rosa y Ernesto tenían los ojos lacrimosos y el corazón deshecho. Se encontraban al borde del divorcio, aunque se amaban.

«No lo soporto más», decía ella. «Es duro, inflexible y no reconoce sus errores».
Comencé mi diálogo con ellos leyéndoles el versículo de hoy. El texto, en el idioma original, dice literalmente: «Creó pues Dios al ser humano [hadam] a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón [zacar] y hembra [nequebah] los creó». 

Bíblicamente, el ser humano es por su origen una unidad, la cual refleja la imagen de Dios y está formada por un varón y una mujer. Separados no están completos. Se necesitan. No son rivales. No disputan una posición. Son complementarios el uno del otro. Por desgracia, el pecado entró en el mundo y el ideal divino se distorsionó. El carácter de ambos se deformó y, aunque hoy sean conscientes de su triste realidad e intenten por todos los medios cambiar su manera de ser, no pueden. 

La autodisciplina, la fuerza de voluntad y el dominio propio, en este aspecto son inútiles. Tanto la creación como la restauración del ser humano son obras exclusivas de Dios. Lo único que necesitas hacer es reconocer tus limitaciones y clamar por el milagro divino. 

Rosa y Ernesto le entregaron la vida al Creador, suplicaron que él hiciese lo que ellos no podían, y permanecen casados hasta hoy. Aprendieron que los desencuentros en la vida de una pareja no son razones para separarse, sino oportunidades para crecer.

En Acción

En el transcurso del día, haz algo diferente para demostrar a tu pareja, si la tienes, que la amas y te sientes feliz de haberla conocido. Si estás sin pareja, puedes tener algún detalle similar con quien convivas o te relaciones asiduamente. Canta “Adán y Eva” (si es posible, con tu familia).