23 de abril | TODOS

¡Esforzaos!

«Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra» (2 Crón. 15: 7).

El rostro del pueblo se había tostado con un sol que, cansado, se retiraba como fuego extraño que crepita, y tiene encima un parpadeo azul de neblina que se abre, mostrando el pan redondo de la luna llena.

Aquella noche era con luna henchida de luz, redonda, iluminando el mensaje del profeta Azarías. Frente a este se encontraba Asa, el rey de Judá. Las dos décadas transcurridas desde la división de Israel, habían colmado de apostasía a Judá y Benjamín, pero «Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David, su padre, porque expulsó del país a los sodomitas y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho. También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Asa deshizo, además, el ídolo de su madre y lo quemó junto al torrente Cedrón» (1 Rey. 15: 11-13).

Grandes obras de reforma del rey Asa a pesar de que había asumido el reino cuando el pueblo sufría a manos de sus enemigos. Era un pueblo sin esperanza, a pesar de disponer de un Dios de esperanza. Luchaba, se esforzaba, pero no prosperaba. Daba la impresión de que sus esfuerzos se diluían en sus propias lágrimas. Entonces, Azarías se presentó al rey y le dijo: «Oídme, Asa, todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros si vosotros estáis con él; y si lo buscáis vosotros, lo hallaréis; pero si lo dejáis, él también os dejará» (2 Crón. 15: 2). La victoria no sería fruto de los esfuerzos humanos, vendría únicamente de Dios. Y sin embargo, como leemos en el texto de hoy, el mensaje terminaba animando al pueblo a esforzarse.

El mensaje es claro. No te atrevas a partir a la lucha de la vida si no tienes la seguridad de que Dios está al mando, pero jamás pienses que, porque Dios está contigo, debes limitarte a esperar pasivamente que la victoria caiga del cielo.

En Acción

¡Enfrenta los desafíos de la vida con la seguridad de que Dios está contigo! Canta “¡Esforzaos!” (si es posible, con tu familia).