12 de mayo | TODOS

En ti he confiado

«En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado» (Sal. 4: 8).

El reloj digital de la mesilla indica que son las dos de la mañana y Lucila no logra conciliar el sueño. Mañana será un día muy importante en el trabajo. Necesita estar más lúcida que nunca, pero las horas pasan y no se duerme. Pensamientos desordenados desfilan por su mente y la ansiedad se apodera de su corazón.

El caso de Lucila no es único. La falta de sueño representa uno de los problemas más habituales en las personas. La Organización Mundial de la Salud informa que el 40% de la población duerme mal. Este dato es alarmante porque dormir menos horas de lo recomendado impacta en el organismo y conlleva trastornos fisiológicos y psíquicos, como el estrés o la ansiedad, además de afectar negativamente al trabajo del día siguiente.

El problema del insomnio no es de hoy. Al escribir el Salmo 4, el salmista se encontraba perseguido por sus enemigos y acusado falsamente por sus supuestos amigos. La incomprensión que lo rodeaba le causaba insomnio y se lamentaba por las circunstancias difíciles. Sin embargo, aprendió a vivir y a dormir con paz. 

¿Su secreto? Confiar en Dios, a pesar de que las nubes oscuras anunciaran la tormenta del día siguiente. David podía dormir bien por la noche, aun en tiempo de peligro y rodeado por los impíos. Él dormía bien porque su seguridad provenía de Jehová, y no de las circunstancias o de los sentimientos.

Duerme esta noche con la seguridad de que lo que tú no puedes hacer con tus propias fuerzas el Señor lo hará por ti.
Las promesas divinas nunca fallan.

En Acción

¿Qué tal descansas por las noches? Puede haber más de una razón para el insomnio, pero ¿existe alguna angustia o temor que perturbe tu sueño? Si es así, conoce a Dios cada día, aprende a confiar en él y así se atenuarán esas perturbaciones. Canta “Durmiendo en paz” (si es posible, con tu familia).