23 de mayo | TODOS

Espera en Dios

«Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?» (Sal. 42: 1-2).

Este salmo no fue escrito por David. Era un himno cantado, y posiblemente también compuesto, por los hijos de Coré. Coré había dirigido una rebelión de doscientos cincuenta líderes en contra de Moisés durante el Éxodo. Una vez juzgados, todos murieron, pero los hijos de Coré permanecieron fieles, lo que muestra que la salvación o la perdición es un asunto personal y no de familia.
El salmo escrito por los hijos de Coré describe el secreto de una experiencia victoriosa: el deseo de comunión y compañerismo diarios con Jesús. «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía».
En los desiertos que dominan las regiones de aquella tierra, escasea el agua. Las frecuentes sequías dejan el suelo agrietado. Los animales deambulan de un lado a otro buscando sobrevivir; entre ellos, el ciervo, que en su desesperación emite un bramido triste, gemido de dolor y de angustia. Sin agua, el pobre animal está condenado a morir, y los compositores de este salmo usan esta figura para ilustrar la sed del alma.
Dios es el Dios de la vida. Es la propia vida. Un día sin Dios es como un día sin agua. El alma de todo ser humano tiene sed de Dios, aunque no lo reconozca de manera consciente. Puede el ser humano de este siglo alcanzar dinero, poder y fama; pero, si su corazón está vacío de Dios, sus logros lo dejarán cada vez más carente y confundido.
Los hijos de Coré formaban parte de los músicos del templo. En este contexto, la pregunta «¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?» alude al significado del templo en la experiencia de los hijos de Dios. El templo no salva a nadie, pero simboliza la presencia divina. Si has sido salvo por Jesús, anhelarás estar con él y darle gloria por su gracia redentora.

En Acción

¿Ansías la compañía de Dios? ¿Sientes «sed» de su presencia? ¿Sabes que solo estarás plenamente a gusto a su lado? Y en consecuencia, ¿deseas proclamar su gloria a los cuatro vientos? Canta “Espera en Dios” (si es posible, con tu familia).