5 de junio | TODOS
«Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino» (Sal. 119: 105).
Agonizaba en una cama como resultado del accidente provocado por dirigir su vehículo en estado de ebriedad. Aunque su estado físico era lamentable, logró pensar con orden, y lo primero que vino a su mente fue el versículo de hoy, memorizado por él desde pequeño. Obviamente, el consejo bíblico no había moldeado su vida, sus decisiones habían sido tomadas conforme a sus instintos y no por los consejos de sus padres cuando era niño.
Yacente ahora en el lecho de dolor, desfilaron por su mente las instrucciones que había menospreciado. Había caminado a ciegas, envuelto en tinieblas, palpando las paredes de su existencia en busca de una salida, hasta que un día encontró refugio en la bebida. Al principio afirmaba ser un «bebedor social»; pero, con el tiempo, lo primero y lo último de su quehacer cotidiano era beber.
Esta vida es una senda larga, peligrosa y oscura, en medio de la cual, afirma David, la Palabra de Dios nos ilumina y nos guía. Una vida de oscuridad es una existencia de dolor y sufrimiento. En la oscuridad no solo te hieres a ti mismo, también hieres a quien amas.
El estudio de la Biblia no es una «obligación» del cristiano, sino el privilegio de entrar en comunión con Cristo para recibir sus consejos y enfrentar las turbulencias del camino. Una noche, por más tormentosa y oscura que sea, no te atemoriza si tienes luz, porque puedes ver la salida.
En Acción
¡Acepta la propuesta de alumbrar tu camino con la luz de la Palabra! ¡Sigue sus consejos y aprende a tomar decisiones sabias! Canta “Lámpara a mis pies” (si es posible, con tu familia).