3 de julio | TODOS
«Entonces tus oídos oirán detrás de ti la palabra que diga: “Este es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda”» (Isa. 30: 21).
El turista que visite Madrid observará en la colorida plaza Puerta del Sol la escultura de El Oso y el Madroño. Ese monumento fue inaugurado junto al edificio que en otros tiempos albergaba al Hotel París. En 1986, por causa de la remodelación de la plaza, la escultura fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, y en septiembre de 2009 regresó a su ubicación original.
Desde su inauguración, El Oso y el Madroño ha servido de referencia para el turista desorientado. Si te extravías en la capital española, basta preguntar a cualquier peatón dónde se encuentra ubicada esa estatua y, desde ese punto, podrás encontrar tu ruta correcta.
Todos necesitamos un punto o una voz de referencia en la vida. Alguien que nos diga si estamos en la ruta acertada o no. Sería triste que deseando llegar a Países Bajos, acabes en el Sahara. La arena de este mundo está plagada de huesos secos de personas que quedaron extraviadas porque perdieron el rumbo. Dios desea llevarnos a un puerto seguro y por eso nos dejó las Sagradas Escrituras.
Isaías habló a Judá mientras Judá buscaba el auxilio de Egipto, a raíz de la campaña conquistadora de Asiria. El pueblo temía. No sabía qué hacer y, humanamente hablando, la mejor opción era buscar ayuda de los egipcios; pero entonces Isaías les dijo que era mejor que confiasen en Dios. Así, como leemos en el texto de hoy, conocerían el camino a seguir.
En Acción
Los caminos de Dios son infalibles. Jamás te frustrarás si buscas su orientación en la Escritura guiado por el Espíritu. Si hoy necesitas tomar una decisión importante, ve a Jesús, habla con él, medita en su Palabra y espera su orientación. Canta “Este es el camino” (si es posible, con tu familia).