16 de julio | TODOS

¿Cómo puedes cambiar de vida?

«¿Podrá cambiar el etíope su piel y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer lo malo?» (Jer. 13: 23).

En noviembre de 2014, Nicholas Mevoli, de treinta y dos años, se sumergió en el agua y comenzó a bucear hacia el agujero azul de Dean, una cueva submarina situada en las Bahamas. El objetivo de Mevoli era llegar a una profundidad de más de setenta metros, y hacerlo sin respirar. Pero la aventura acabó en tragedia.

Este triste incidente da lugar a una pregunta: ¿Cuánto tiempo se puede estar bajo el agua sin salir a la superficie? ¿Cuánto tiempo se puede resistir sin respirar? Los practicantes de buceo libre, que se sumergen hasta el límite de su capacidad sin equipo de buceo, normalmente resisten tres minutos bajo el agua. El buceador que tiene el récord, Herbert Nitch, permaneció bajo la superficie durante cuatro minutos y medio.

Ahora, yo te desafío. Sumerge la cabeza bajo el agua y quédate sin respirar por media hora. Es imposible. Una imposibilidad es algo que no se puede hacer. Es inviable, no hay quien sea capaz de lograrlo. Lo mismo sucede en la vida espiritual. Es imposible que el hombre malo se vuelva bueno por su autodisciplina, o por cualquier tipo de esfuerzo humano.

Esta es la razón por la cual plantea Jeremías sus preguntas, recogidas en el versículo de hoy. La respuesta categórica es no. En absoluto. La única solución para el problema humano es Cristo.

Solo él es capaz de hacer nuevas las cosas viejas. «De modo que, si alguno está en Cristo, nueva
criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» (2 Cor. 5: 17).

En Acción

Ve a Jesús hoy, entrégale tu vida por completo, confiesa tu incapacidad y suplica su poder.
¿Lo harás? La respuesta es enteramente tuya.