21 de agosto | TODOS
«Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos» (Zac. 4: 6).
A lo largo de los tiempos Dios ha buscado hombres y mujeres a quienes confió responsabilidades decisivas. Zorobabel fue uno de ellos. Dios lo llamó para conducir al pueblo judío de regreso a Jerusalén tras la cautividad en Babilonia. Zorobabel era un hombre de Dios, pero nunca dejó de ser humano y, ya en Jerusalén, ante el desafío de reconstruir el templo en medio de una enorme oposición, se atemorizó y cayó en el pantanal del desánimo.
En esas circunstancias Dios envió al profeta Zacarías con el mensaje del versículo de hoy. La participación humana es importante en cualquier proyecto, pero no es lo principal. Cuando Dios desea realizar algo, sus planes se llevarán a cabo con el ser humano, sin él, o a pesar de él.
Zacarías anuncia que «esta es la palabra de Dios a Zorobabel». La palabra del Señor permanece para siempre. Se cumple antes o después. Podrán oponerse los seres humanos, podrán ser duras y adversas las circunstancias, pero nada puede detener lo que Dios ha declarado.
El líder del pueblo temía las dificultades que se erguían delante de él, pero la palabra de Dios lo animó, le recordó el poder que da las victorias, y Zorobabel se levantó para cumplir la misión que el Señor le había encomendado.
En Acción
Hoy quizá sientas que tus fuerzas merman y te encuentres sin aliento. Y tal vez te parezca imposible enfrentar tus batallas. Pero recuerda que no es con las fuerzas humanas como vienen las grandes victorias, sino con el Espíritu de Dios. Canta “Con mi Espíritu” (si es posible, con tu familia).