26 de agosto | TODOS

Jesús puede salvarte

«Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mat. 1: 21).

El ser humano se hunde en las arenas movedizas del pecado. Gime los estertores de la muerte asfixiado en el pozo inmundo de sus pasiones. Es la triste realidad aunque el humanismo pregone que la humanidad evoluciona moralmente. La vida cotidiana muestra lo contrario. El egoísmo arrastra a las personas a la violencia y la injusticia. Llamas ardientes consumen su conciencia perturbada. Siempre fue así desde la entrada del pecado en el mundo. No hay salida aparente. La condenación sobrevuela como ave de rapiña la sangrante víctima.

Por desgracia, muchos ignoran esta realidad, o prefieren disimular su dolor interior. Recientemente, en un viaje en avión, un agnóstico me preguntó: «¿De qué me puede salvar Jesús, si tengo un buen empleo, puedo comprar lo que se me antoje y viajar a donde quiera?» Un rato después, mientras hablábamos de otros asuntos, me contó que se estaba divorciando y que su hija soltera, de dieciséis años, acababa de tener un niño, a raíz de lo cual había estado a punto de quitarse la vida. El hombre se puso triste, sin recordar ya que una hora antes me había preguntado de qué podría salvarlo Dios.

El Señor ama a sus hijos a pesar de su rebeldía y dureza de corazón, y por eso desde la eternidad ya existía un plan de salvación, el cual vemos anunciado en el libro de Génesis y profetizado de una y otra forma por los escritores del AT. Isaías es uno de ellos. Setecientos años antes de que Jesús naciera, escribió: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel» (Isa. 7: 14).

Esta promesa se cumplió en Jesucristo. Él es el Salvador del mundo. Cuando todo está perdido, Jesucristo es la salida, él es la puerta, el Buen Pastor, él es la Roca de los siglos. 

En Acción

No tienes necesidad de sufrir sintiéndote solo si tienes un Salvador que te espera con los brazos abiertos. ¿Ya le has entregado el corazón?