21 de octubre | TODOS

Justificados por la fe

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» (Rom. 5: 1-2).

Las arenas movedizas del pecado pueden haber tragado por completo al pecador. Vanos fueron sus intentos de salir por sí mismo. Parecerá, desde el punto de vista humano, que el hombre y la mujer se encuentren en el fondo del abismo sin Dios y sin esperanza, pero la buena nueva es que nada está perdido para los que creen en Jesús. Es posible ser justificado, o reconciliado con Dios, por la fe, más allá de los estériles esfuerzos humanos por salvarse.

«¿Qué es la justificación por la fe? Es la obra de Dios que abate en el polvo la gloria del hombre, y hace por el hombre lo que este no puede hacer por sí mismo» (Elena G. White, Testimonios para los ministros, pág. 456).

Volviendo al texto de hoy, el primer pensamiento de Pablo en él es que la paz es fruto de la justificación. Lejos de Dios no es posible tener paz. La razón es que el ser humano vino de las manos de Dios y nunca será completo sin él. Por desgracia, el pecado causó separación entre la criatura y el Creador. Lejos de él, podemos hacer lo que queramos buscando sentir plenitud y felicidad, pero cualquier esfuerzo será inútil, porque nada puede suplir la ausencia de Dios.

El segundo pensamiento del texto de hoy es que Jesús es el intermediario entre Dios y el ser humano y quien nos da entrada a la gracia. Él es el puente sobre el abismo, la escalera que une al cielo con la tierra. Jesús murió por nuestros pecados. Cargó nuestras rebeliones y las expió en la Cruz, y hoy puede darnos su justicia y reconciliarnos de nuevo con el Padre.

Jesús es la columna vertebral del evangelio. Por él, dice Pablo, «estamos firmes» en la gracia. Aquí está el pensamiento final. Y así podemos sentirnos seguros de que la gloria de Dios no faltará (i.e., por su bendito carácter de amor, el plan original de Dios será restaurado).

En Acción

Hoy, hecho justo por la fe, mira confiado y esperanzado hacia el glorioso futuro que te espera por haber aceptado a Jesús como tu Salvador personal. Y disfruta ya, aquí, de esa realidad. Canta “Justificados por la fe” (si es posible, con tu familia).