25 de octubre | TODOS
«¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?» (Rom. 8: 31-32).
Las preguntas de Pablo tienen como objetivo llevarnos a la reflexión. En Cristo, no hay adversario que temer. El tema es la victoria espiritual, solo posible mediante Jesucristo. «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Rom. 8: 1).
La clave del pensamiento del apóstol es la expresión «los que están en Cristo Jesús». Para ellos, no hay más condenación. El cristiano solo tiene dos maneras de vivir: o vive en Cristo, o vive en la carne, separado de Cristo. La clave es entender lo que significa «estar en Cristo». Vivir en Cristo no consiste solo en una frase bonita que repetir e incluso cantar muchas veces. Es necesario salir de la simple retórica y entrar al terreno de la experiencia.
«Estar en Cristo» no es solo aceptar a Jesús, o ser bautizado. Ese es el primer paso de la experiencia cristiana, no es más que el nacimiento espiritual. «Estar en Cristo» no ha de ser un acto aislado, sino una experiencia que sigue indefinidamente. «Estar en Cristo» es un vivencia diaria, constante y permanente. Haber estado en Cristo ayer no garantiza que lo estaremos hoy, ni mañana. Es necesario «estar en Cristo» cada día, cada hora, y cada minuto.
«Estar en Cristo» involucra vivir en él, conociéndolo en su Palabra, conectados a través de la oración, reconociéndolo en los demás (cf. Mat. 25: 31-46). Es un modo de vida poco afín a la naturaleza carnal con la que venimos al mundo; pero tampoco en la vida física nos limitamos a hacer lo que nos agrada, sino que procuramos seguir los hábitos necesarios para una vida saludable. No se come solo lo que agrada al paladar, sino lo que realmente nutre. Ahora bien, es posible «educar» el paladar. Del mismo modo, en el plano espiritual, por el poder de Dios, recibimos una nueva naturaleza, esta ya afín a la voluntad divina.
En Acción
Cada vez que tiembles ante cualquier dificultad que te presente la vida, cada vez que te intimide un ser humano, recuerda que si Dios está contigo nadie podrá hacerte daño realmente. ¡Vive con Jesús cada día! Canta “Si Dios es por nosotros” (si es posible, con tu familia).