30 de enero | TODOS

Moisés pide: «Perdona a tu pueblo»

«Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hasta el suelo y adoró, diciendo: “Señor, si en verdad he hallado gracia a tus ojos, que vaya ahora el Señor en medio de nosotros. Este es un pueblo muy terco, pero perdona nuestra maldad y nuestro pecado, y acéptanos como tu heredad”» (Éxo. 34: 8-9).

El pecado no era de Moisés. Él había realizado esfuerzos indecibles para conducir a su pueblo a la tierra de la libertad. Pero ellos vivían amarrados a su pasado, a sus costumbres antiguas, incluida la idolatría. Por esta razón, fabricaron un becerro de oro y lo adoraron, mientras Moisés, en el monte, recibía las tablas de piedra con los principios eternos de la ley.

Moisés era humano, cargaba el carácter deteriorado que es fruto del pecado. Indignado al toparse con el becerro idolatrado por el pueblo, quebró las dos tablas en un arranque de ira. 

Todos podrían pensar que el plan divino había quedado truncado, pero nada que haga el ser humano puede anular los planes de Dios. Le ordenó a Moisés que preparara dos tablas de piedra similares a las que había quebrado y las llevase consigo al monte para escribir de nuevo los eternos principios de su ley. Así lo hizo Moisés y, tras llegar a la cumbre del Sinaí, vio la gloria de Dios. Ante aquella visión majestuosa, el líder de Israel cayó postrado a los pies del Creador y confesó el pecado de su pueblo; pero lo hizo de un modo extraño, incluyéndose a sí mismo entre los culpables de aquel pecado (véase el texto de hoy).

La terquedad era del pueblo, pero Moisés asumió el pecado de los rebeldes en su oración. Un día Jesús, quien nunca cometió mal alguno, asumiría también nuestro pecado, se identificaría con nuestra rebeldía, y moriría en la cruz la muerte que nosotros merecíamos. ¡Oh, gracia inmerecida! ¡Amor glorioso!

En Acción

Estrecha hoy tu conexión con Jesús para conocer a fondo su naturaleza amorosa, comprensiva sin límites. Así entenderás la actitud perdonadora que Dios espera que muestres en tu vida. Canta “La oración de Moisés” (si es posible, con tu familia).