14 de noviembre | TODOS

Prosiguiendo a la meta

«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 13-14).

¿Por qué la vida espiritual de algunos va hacia delante mientras que la de otros permanece estancada? ¿Has tenido alguna vez la sensación de que te encuentras en una carrera de larga distancia, mirando de reojo a los lados para ver si otro atleta te va a sobrepasar? Lo peor que puede sucederte en la vida cristiana es compararte con otros o medir tu espiritualidad en función de lo que ves en ellos. Pero lo cierto es que muchos se comparan.

Con Pablo no era diferente. Él también corría el riesgo de compararse, pero el Señor le ayudó a descubrir el secreto para llegar al fin de la carrera cristiana y entonces escribir, como leemos en el texto de hoy: «Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado». ¿Alcanzado qué? El apóstol habla de la perfección. Él declara que todavía no la ha alcanzado y, no obstante, dos versículos después se refiere a «todos los que somos perfectos» (Fil. 3: 15). Si Pablo estuviese entre nosotros podríamos preguntarle: «¿En qué quedamos, Pablo, ya eres perfecto o todavía no?». Y su respuesta sería: «Sí y no». Porque la perfección es un largo camino que no termina.

Somos perfectos mientras caminamos hacia la perfección. Miramos a la cumbre y caminamos hacia ella, para, después de alcanzarla, descubrir que existe otra cumbre más alta pendiente de escalar. Ante este desafío, en el texto de hoy Pablo nos invita a seguir adelante, siempre creciendo en Jesús. El verbo ‘proseguir’, en griego, significa avanzar a pesar de las dificultades, caer y levantarse, pero nunca permanecer caído.

En Acción

No te centres en tu perfección de conducta. Mira a Jesús. Tampoco te distraigas mirando la vida de otros cristianos. Fija tus ojos solo en Cristo, que un día te llamó para alcanzar las alturas más elevadas. Canta “Prosigo a la meta” (si es posible, con tu familia).