15 de noviembre | TODOS
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Fil. 4: 8).
La repetición constante de un mismo mensaje lleva inevitablemente a la acción. Es una ley de la mente. De acuerdo con ella, si pones en tu cabeza continuos mensajes de violencia, acabarás cometiendo algún acto violento. Es inevitable. Si llenas tu mente de pensamientos negativos, de angustia y dificultades, el resultado será congoja de corazón y hasta el suicidio.
Cuando Pablo escribió este consejo se encontraba preso en Roma, privado de libertad y amenazado de muerte. Tenía toda la razón del mundo para sentirse deprimido y angustiado. La depresión es un estado de espíritu que te hace sentir asfixiado, sin salida y perdido. Sin embargo, en medio de esas circunstancias dramáticas, el apóstol, escribiendo a los filipenses. les dice: «Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias» (Fil. 4: 6).
¿Crees que Pablo se atrevería a ofrecer este consejo si no lo hubiera probado en su propia experiencia? Él vivía lo que decía y podía presentar el resultado: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (vers. 7).
¿Deseas que la paz de Jesús guarde tus pensamientos? ¿Vivir una vida coherente y llena de valores? Entonces concentra tus pensamientos en todo lo bueno, limpio y verdadero.
«La verdadera religión ennoblece la mente, refina el gusto, santifica el juicio y convierte a su poseedor en participante de la pureza y la santidad del cielo. Trae a los ángeles cerca […] y nos proporciona el “espíritu de una mente sólida”, y el resultado es felicidad y paz» (Elena G. White, Consejos sobre la salud, pág. 631).
En Acción
¡Piensa en positivo! Sin creer que hacerlo es el dios que resuelve tus problemas. A lo que sí te ayudará es a ahuyentar la angustia, y te preparará para contemplar las maravillas que Dios desea realizar en tu vida. Canta “En esto pensad” (si es posible, con tu familia).