30 noviembre | TODOS

Eres llamado a ser un ejemplo

«Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros» (Tito 2: 7-8).

Si te gustaría ver al diablo confundido y frustrado, si quieres avergonzarlo y hacer que se retire de ti, derrotado, tan solo camina en los senderos de Cristo, pues no existe nada que lo contraríe más que una vida íntegra

En su paso por este mundo, Jesús vivió ese tipo de vida. No trató de probar la existencia de Dios; mostró al Padre en sus actitudes, y hombres y mujeres no pudieron dejar de creer. No escribió, ni en prosa ni en verso, acerca de la belleza de la amistad, sino que lloró en la tumba de su amigo Lázaro. No dio una cátedra sobre la importancia de ser humilde, sino que tomó una toalla en silencio y lavó los pies de sus orgullosos discípulos. Tampoco se limitó a predicar sobre el perdón, sino que, en la hora de la muerte, perdonó a los que lo hacían sufrir. ¡La palabra era vida en su experiencia diaria! ¡La teoría era el evangelio andante en su peregrinaje!

El consejo de Pablo hoy es que sigas el modelo de tu Maestro, siendo en todo tú también «ejemplo de buenas obras». Puedes tomar este desafío como un deber que demanda esfuerzo, autodisciplina y fuerza de voluntad de tu parte. O bien, como una invitación a vivir una experiencia de relación y comunión diaria con Jesús. Si aceptas esta segunda opción, la vida cristiana será para ti una maravillosa caminata con la persona amada. Tu existencia tendrá significado y hasta los momentos dolorosos tendrán sentido y razón de ser.

En Acción

Cuando un ser de naturaleza caída, como tú y como yo, llega a reflejar a Cristo en su vida, hasta el Adversario se queda sin argumentos. No existe un testimonio más poderoso del Dios que es amor. Piensa en ello, ¡puedes ser un agente de cambio donde vivas!