14 de diciembre | TODOS
«No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Juan 2: 15-17).
El sueño de Cristian era brillar. Como estrella en medio del cielo azul. Como explosión del firmamento en el despertar de la mañana. Brillar con luz propia. Ser aplaudido, aclamado y homenajeado. En sus interminables noches de delirio, se soñaba andando por las calles. Las multitudes corriendo tras él en busca de un autógrafo. Se imaginaba rodeado de chicas guapas, sonriendo para las cámaras, ofuscado por los flashes, agitando la mano a sus admiradores.
Y brilló. Pero su deslumbramiento fue corto. Se apagó consumido por la insensatez.
¡Cuántas estrellas, como Cristian, brillaron en esta vida! Unas, más; otras, menos. Aplaudidas, aclamadas, idolatradas. El tiempo las apagó. Hoy solo quedan recuerdos. ¡Tiempo! ¡Oh, tiempo inexorable! Tiempo severo, implacable, cruel. Nadie escapa de tus manos. Tu sombra avanza terrible sobre cualquier mortal.
Por eso Juan nos previene frente a amar los valores de este mundo en lugar de seguir los caminos de Dios. El reino del Padre no es un reino material. No lo puedes ver ni tocar. Los sentidos no lo perciben. Es necesario mirarlo con los ojos de la fe. Fe es creer y confiar. Para brillar en el reino del Padre necesitas salir del materialismo que te rodea; abrir las alas y volar hacia la dimensión de los valores eternos. Está lejos de la carne, tiene que ver con el espíritu.
En Acción
¿Cómo aplicar el consejo de hoy? Haz de Jesús el centro de tu experiencia diaria. Búscalo cada mañana. No priorices la búsqueda del brillo. El brillo seduce, engaña y mata. Pregúntale a la mariposa. Te responderá con sus alas heridas, con su dolor y con su muerte prematura. Canta “No améis al mundo” (si es posible, con tu familia).