21 de diciembre | TODOS
«Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca» (Apoc. 1: 3).
¿Qué tiene que ver la felicidad con la lectura del Apocalipsis? ¿Cómo se lee, se escucha y se guarda la profecía? A fin de cuentas, ¿qué es el Apocalipsis? El concepto que muchos tienen de este término está relacionado con el fin del mundo, la hecatombe o la tragedia. Cuando un cataclismo hiere la tierra, se habla de un fenómeno «apocalíptico». Durante la pandemia del covid escuché decir al ministro de sanidad de un país: «Esto es un apocalipsis».
Sin embargo, el Apocalipsis no es sinónimo de destrucción o tragedia. Es «la revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto» (Apoc. 1: 1). En lo esencial, Apocalipsis no tiene que ver con recrearse en cosas ocultas y misteriosas. Al contrario, en este libro Dios revela a «sus siervos» asuntos trascendentales con el propósito de transmitirles esperanza. Se refiere a algo que debía suceder pronto y de consecuencias eternas para personas, familias y naciones.
Es muy difícil vivir hoy con esperanza sin conocer por qué suceden las cosas. ¿Qué hay detrás del sombrío panorama mundial? ¿Creó Dios a los seres humanos y los abandonó a su suerte? ¿Acabarán un día el odio, el rencor y la lucha fratricida entre las naciones? El Apocalipsis es la respuesta divina para el ser humano confundido y desorientado de este tiempo. Y esa respuesta se llama Jesús. Esa es la razón de fondo por la que Juan dice que las personas que leen, oyen y guardan el mensaje de este libro son felices. Pero no basta con una lectura superficial sino que requiere un estudio minucioso y profundo (como toda la Biblia, en realidad). No basta oír con los oídos del cuerpo; hay que oír también con los del alma, para interiorizar y atesorar sus enseñanzas.
En Acción
Lee el Apocalipsis recordando a cada paso que su protagonista, su mensaje y su esperanza es Jesús. No olvides tampoco que es un libro altamente simbólico y que su sentido, más que literal, es espiritual. Canta “Los que leen, oyen y guardan” (si es posible, con tu familia).