22 de diciembre | TODOS
iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios» (Apoc. 2: 7).
¿Conoce Dios el fin desde el principio? ¿Es posible saber lo que sucederá en el futuro, leyendo el Apocalipsis? La respuesta es sí. La profecía describe el futuro. Eso no significa que las cosas sucederán porque la profecía lo anuncia. Eso sería fatalismo. La profecía anuncia el futuro porque el omnisciente Dios conoce las decisiones que los humanos toman libremente.
En los primeros capítulos del Apocalipsis se incluyen siete cartas escritas a siete iglesias de Asia menor. Su redacción no fue simple iniciativa humana, sino que Juan obedeció la orden divina. «Escribe, pues, las cosas que has visto, las que son y las que han de ser después de estas» (Apoc. 2: 19). El mensaje a estas iglesias es real, pero a la vez es una profecía que anuncia la historia de la iglesia desde los días de Juan hasta la venida de Cristo.
Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea fueron siete ciudades donde había iglesias cristianas reales, con problemas espirituales reales. Las cartas de Juan tenían como propósito original ayudar a los hermanos de esas iglesias a resolver sus problemas. Sin embargo, basándose en ellas, Dios describe también las características y problemas espirituales de la iglesia cristiana a lo largo de la historia. En las cartas siempre hay una llamada al arrepentimiento y, en los casos de Esmirna y Filadelfia, a seguir adelante.
Las siete cartas conservan la misma estructura: introducción de Jesús, declaración sobre la condición presente de esa iglesia, orden divina y, finalmente, promesa a los vencedores.
En Acción
Si Jesús presenta una promesa a los vencedores es porque la victoria no es una mera utopía sino una realidad garantizada a sus hijos. Míralo así y llénate de confianza abrazando esa promesa.