28 de diciembre | TODOS
«En medio del cielo vi volar otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo» (Apoc. 14: 6).
La guerra cósmica originada en el cielo y que hoy sigue en la tierra se encamina a su fin. No es una guerra con cañones y tanques sino más bien un conflicto de ideas y de lealtad. El tema central es la soberanía divina. Satanás reclama para sí la adoración y la obediencia. Con tal propósito, persigue, presiona y obliga. Cuando esto no le da resultado, engaña, seduce y se camufla. Puede disfrazarse hasta de ángel de luz, o como una institución religiosa. Personas inocentes pueden seguir las enseñanzas de una iglesia sin saber que son engañadas.
Sin embargo, Dios siempre tuvo un pueblo obediente y atento a las enseñanzas bíblicas. La palabra ‘ángel’ del versículo de hoy —en griego, angelós— significa mensajero. En los días finales Dios levantará un grupo de mensajeros para predicar los tres últimos mensajes de advertencia al mundo. El del texto de hoy se refiere al evangelio eterno. No es un nuevo evangelio, pues en Dios no hay variación. Se refiere al evangelio bíblico y debe ser predicado con sentido de urgencia antes de la venida de Cristo. Por eso el ángel vuela.
Así como Dios reúne a sus redimidos con el evangelio eterno y los sella para su protección en el día final, el diablo también usa tres mensajes, falsos, para confundir a los seres humanos y sellarlos con la marca de la bestia. «Vi salir de la boca del dragón», dice Juan, «y de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus impuros semejantes a ranas. Pues son espíritus de demonios que hacen señales, los cuales salen a los reyes de todo el mundo habitado para congregarlos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso» (Apoc. 16: 13-14).
En Acción
Tres mensajes angélicos verdaderos y tres falsos. ¿A quién creer? He ahí el dilema de cada persona en el tiempo del fin. ¿Tienes clara ya tu decisión? ¿Y estás dispuesto a mantener tu lealtad a Cristo cueste lo que cueste? Canta “Los tres mensajes angélicos” (si es posible, con tu familia).