Ama a tu prójimo como a ti mismo

«No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová» (Lev. 19: 18).

Dios pidió a sus hijos en el Antiguo Testamento que amasen a su prójimo como a sí mismos. Pero ¿quién es tu prójimo? Tu prójimo no es solo la persona que te despierta emociones positivas, sino todo aquel que se encuentra próximo a ti, aunque no tenga nada que te agrade. 

El amor como base de la experiencia cristiana no es un principio que comienza en el Nuevo Testamento. El amor existió desde el principio y es tan eterno como Dios. Dios es amor (1 Juan 4: 8). En él no existe mudanza ni sombra de variación (Sant. 1: 17). Él nos amó desde el principio, cuando nos creó a su imagen y semejanza, y seguirá amándonos incondicionalmente por toda la eternidad porque el amor es su carácter. 

¿Cómo podemos amar a alguien que nos ofende o nos traiciona? ¿O incluso amar a los enemigos y a los que buscan nuestro mal? Solamente cuando tengamos el amor no como un deber, sino como un principio que constituye parte esencial de nuestro carácter. No hay forma de aprender a amar salvo a través de una experiencia diaria de comunión con la fuente del amor que es Dios. Solo cuando contemplamos a Dios como en un espejo somos transformados de gloria en gloria a su misma imagen (2 Cor. 3: 18).

¿No logras perdonar al que te ofendió? ¿No puedes amar a determinada persona que tiene rasgos que te desagradan? Ve a Jesús, pídele que habite en ti, que su carácter de amor se refleje en el tuyo. Permite que él haga por ti lo que tú eres incapaz de hacer por tus propias fuerzas. El reino de los cielos no es de los que tuvieron mucha fuerza de voluntad para realizar proezas espirituales. Es de quienes son suficientemente humildes para buscar al Señor y suplicar su gracia y la semejanza de su carácter.

En Acción

Piensa hoy en una persona que no te agrada o a quien no consigues perdonar. Mírala como la miraría Jesús. Pide a Dios que te ayude a perdonarla y a amarla como a ti mismo. Canta “Ama a tu prójimo” (si es posible, con tu familia).