8 de febrero | TODOS

Las fiestas de Israel y su propósito

«Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de ese mes séptimo celebraréis durante siete días la fiesta solemne de los tabernáculos en honor a Jehová» (Lev. 23: 34).

Las fiestas solemnes de Israel eran celebraciones espirituales que hacían brillar al día, aunque no hubiera sol. El pueblo engalanaba el espíritu, ofrecía sacrificios, ofrendaba, leía algunos salmos y adoraba a Dios. Había sido una iniciativa divina, no salió de ellos. Los israelitas simplemente reconocían la soberanía divina y lo hacían con alegría. Era el fruto maduro de su gratitud por el cuidado divino y sus bendiciones.

Entre esas fiestas se incluían la pascua, los panes sin levadura, las primicias, las trompetas, el jubileo, el pentecostés y la fiesta de los tabernáculos. Todas estaban, de una u otra manera, relacionadas con el tema de la salvación. Dios trataba de enseñar, de muchas formas y usando variadas ilustraciones, que el ser humano solo puede ser salvo por la gracia maravillosa del Cordero de Dios que un día vendría a morir por el ser humano.

En el año del jubileo, por ejemplo, se libertaba a los esclavos y se les devolvía la tierra a aquellas personas que, endeudadas, habían empeñado sus propiedades y no las podían rescatar. ¿Podría haber mejor ilustración para mostrar la incapacidad humana de pagar su deuda por el pecado? Cristo vendría un día y nos rescataría de la miseria del mal.

La pascua era otra de las fiestas. Tenía lugar el día 14 de Nisán. Ese mes marcaba el comienzo del calendario religioso en Israel. Con esta fiesta se conmemoraba la salida del pueblo de Israel de Egipto. Ilustraba la liberación del poder esclavizador del enemigo de Dios que sería consumada de una vez y para siempre a través del sacrificio y de la sangre de Jesús.

Más tarde venía el pentecostés, cincuenta días después de la pascua. Se llamaba también «fiesta de la cosecha», de acción de gracias por los frutos recogidos. Este día se ofrecían al Señor los cereales de una nueva cosecha y se celebraba una santa congregación. Así se anunciaba, simbólicamente, el derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia primitiva. 

En Acción

Haz de hoy un día de fiesta espiritual en tu corazón, un día de gratitud a Dios por sus bendiciones materiales y sobre todo por la dádiva suprema de Jesús.