17 de febrero | TODOS
«Jehová dijo a Moisés: “Toma a Josué hijo de Nun, hombre en el cual hay espíritu, y pon tu mano sobre él. Preséntalo luego ante el sacerdote Eleazar y ante toda la congregación, y le darás el cargo en presencia de ellos”» (Núm. 27: 18-19).
Nadie dura para siempre. Desde la entrada del pecado, la vida es pasajera. Todos, más tarde o temprano, volvemos al polvo de donde vinimos. Con Moisés no podía ser diferente. Había llegado el momento de pasar el mando a un hombre más joven, y lo hizo sin vacilar. ¡Benditos los hombres y mujeres que saben el momento de dejar espacio a los jóvenes!
La orden de Dios a Moisés fue incontestable: «Toma a Josué…». El espíritu de Dios no fuerza a nadie. Habla silenciosamente al corazón, enseña, muestra el camino, instruye, pero no obliga. Josué era un hombre lleno del Espíritu de Dios. Por eso fue escogido para conducir a su pueblo a la tierra de Canaán.
Así es el nuevo líder de Israel. Josué baja por la ladera solitaria de los hombres que pasan tiempo con Dios. Es casi mediodía. El sol resplandece. No se agitan los arbustos del desierto. El aire, adormecido, permanece inmóvil. Pero el viento del Espíritu sopla con intensidad porque Moisés lleva a Josué ante el sacerdote Eleazar, y ahora ambos se hallan frente a la congregación para presentar al nuevo líder. ¡Dios te conduzca, Josué, como dirigió a Moisés! Este sacó al pueblo de la esclavitud, y tú lo harás entrar en la tierra de la libertad. Al final, Dios usa a todos los que se dejan guiar por él y estén dispuestos a cumplir su propósito.
Hoy, más que nunca, se necesitan hombres y mujeres llenos del Espíritu. Atentos a las instrucciones divinas. Diáfanos como la luz, transparentes y aguerridos. Conscientes de que su valor no tiene origen humano y dispuestos a dejarse gobernar por el Espíritu.
En Acción
Un día quizá tú también tendrás que dar un paso atrás para que otro te reemplace en alguna responsabilidad (laboral, académica, eclesial). Pide sabiduría desde hoy para saber cuándo iniciar y cuándo concluir tu parte en una misión; y para conocer a quién pasarle el testigo.