1 marzo | TODOS

Dios pide a Josué que sea valiente y guarde su ley

«Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas» (Jos. 1: 8-9).

Josué percibía el grito interior de su corazón. Se encontraba frente a Jericó y se daba cuenta de los riesgos que corrían por aquella tierra donde manaba leche y miel. Al contemplar el azul infinito del cielo, repentinamente oyó la voz de Dios que lo desafió: «Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley» y «esfuérzate y sé valiente».

El «libro de la ley» no se refería solo a los Diez Mandamientos. Los incluía, pero registraba también todos los consejos y recomendaciones del Pentateuco. Los judíos lo denominaban la Torá. La orden divina a Josué, antes de entrar en la tierra prometida, fue: «Meditarás, guardarás, y harás conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley» (cf. Jos. 1: 8).

Sin embargo, solo seguir los consejos divinos no era suficiente. Era necesario también «esforzarse y ser valiente». La actuación divina en las grandes conquistas no deja de lado la participación humana. Antes de transformar el agua en vino Jesús les dijo a los que estaban allí: «Llenad las vasijas de agua». Antes de resucitar a Lázaro, el Maestro ordenó: «Quitad la piedra». Antes de hacer andar al paralítico lo desafió: «Levántate, toma tu lecho y anda». Y a Josué, antes de entrar en Jericó, le ordenó: «Esfuérzate y sé valiente».

Dios no se refería a sacar la «energía interior» ni ejercitar la «fuerza mental». La razón para esforzarse y ser valiente era: «Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas».
No importa el desafío que te presente hoy la vida. No desmayes, ni temas. ¡Esfuérzate y sé valiente! Ten la certeza de que no estás solo. ¡Dios está contigo por dondequiera que vayas!

En Acción

Registra por escrito los principales desafíos que tienes que enfrentar. Para cada uno de ellos, escribe dos o tres acciones prácticas que puedes realizar para afrontarlos. Haz tu parte con la certeza de que Dios te dará la vitoria. Canta “Fiel al libro de la ley” y también “¡Sé fuerte y valiente!” (si es posible, con tu familia).