9 de marzo | TODOS

Débora, una misión y un canto de victoria

«Así perezcan todos tus enemigos, Jehová; brillen, en cambio, los que te aman, como el sol cuando sale en su esplendor» (Jue. 5: 31).

Profetisa, esposa de Lapidot (Jue. 4: 4), Débora había sido escogida por Dios para juzgar a Israel. A su sede en el centro del país, llegaban los casos más difíciles y ella pronunciaba siempre la palabra oportuna y la decisión sabia. La embargaba la alegría de ver a un pueblo con nuevos sueños de victoria. De este modo, fomentó entre las tribus de Israel un sentido de unidad y lealtad a Jehová que les hacía falta para luchar contra los cananeos. 

Aunque no era líder militar, Débora organizó un ataque contra Sísara, capitán del ejército del opresor Jabín, rey de Hazor. La profetisa llamó a Barac para dirigir las fuerzas israelitas, compuestas en su mayoría por las tribus de Neftalí, Zabulón e Isacar. Débora fue con ellos y Dios les entregó la victoria. Después de la batalla, la jueza entonó un cántico en loor a Dios. Entre otras cosas pronunció las palabras recogidas en el versículo de hoy.

La grandeza de esta mujer no consistió solo en la sabiduría que Dios le concedió para juzgar a Israel, sino principalmente en su humildad y gratitud para reconocer que todo lo bueno venía de Dios. Débora es un ejemplo de alguien que amaba a Jehová, que fue fiel a la misión que le había sido asignada y que supo reconocer que todo el poder y honor pertenecen al Señor. 

Dios también tiene una misión para ti en este mundo. Aunque enfrentes situaciones que te resultan nuevas, él te capacitará y te ayudará. Así como el sol brilla cuando sale en su esplendor, desea Dios que lo ames y que reflejes el brillo de su gracia y su poder en tu vida. Y sobre todo, que nunca olvides reconocerle a él todo el mérito y honor.

En Acción

Pide al Señor que confirme la misión que tiene para tu vida, pide también por tus (reales o potenciales) enemigos. Ten siempre un cántico de alabanza en tu corazón, reconociendo que todo lo que recibes y tienes viene de sus manos. Y hoy específicamente entona el “Cántico de Débora”.