3 de abril | TODOS

Una profecía grave contra Jeroboam

«Por tanto, voy a traer el mal sobre la casa de Jeroboam: extirparé todos los hombres a la casa de Jeroboam en Israel, tanto el siervo como el libre. Barreré la descendencia de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que no quede nada» (1 Rey. 14: 10).

Orgullo es creer que no necesitas a Dios. Eso te conduce a la rebeldía. Jeroboam fue un rey rebelde y contumaz. Era efrateo de Sereda, hijo de Nabat y Zerúa (1 Rey. 11: 26). El profeta Ahías de Silo le anunció que sería rey sobre diez tribus de Israel (vers. 27-39).

¡Qué maravilloso futuro! ¡Jeroboam estaba en los planes divinos! Pero no tuvo paciencia para esperar que Dios permitiese el desarrollo natural de la historia, y empezó a conspirar contra Salomón (vers. 27). Cuando su ardid fue descubierto, Salomón intentó matarlo, y Jeroboam huyó a Egipto (vers. 40), donde halló refugio con el faraón Sisac.

Al asumir el reinado de las diez tribus del norte, tras la muerte de Salomón, Jeroboam se hundió en la idolatría y la profanación de las cosas divinas, y las consecuencias galoparon veloces hacia él. En la literatura hebraica, lo malo y lo bueno se le atribuyen a Dios, por ser el soberano creador del universo. Sin embargo, las «maldiciones divinas» son solo descripciones del triste futuro que escoge el rebelde. Profecía bíblica no es determinismo. De otro modo, sería un atentado contra la libertad, don precioso que Dios respeta, por algo nos lo concedió.

Jeroboam le dio la espalda al Señor. Y el autor del libro de los Reyes anuncia la descripción divina de su futuro: su primogénito, Abdías, moriría; y años después, cuando Josías surgiese como rey, mandaría extirpar la idolatría del pueblo, y la idolátrica descendencia de Jeroboam desaparecería por completo.

El Señor continúa llamando hoy a sus hijos sinceros. Los llama a sus tiernos brazos de amor. El que viene a él viene a la vida. El que se aleja, escoge voluntariamente el territorio de la muerte.

En Acción

¿Cuál será tu elección ante circunstancias críticas? Dios no quiere tu mal y no será él quien te lo cause, pero respetará lo que elijas… con todas las consecuencias.