2 enero | Niños
«Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» Génesis 1: 27
Dios es bondadoso y sabio, y preparó un mundo maravilloso para nosotros. Imagina jardines llenos de flores fragantes y coloridas, árboles cargados de frutos deliciosos, y una diversidad de animales: algunos vuelan, otros caminan o se arrastran, y muchos nadan en los ríos y mares.
Cuando Dios terminó de crear el mundo, decidió crear al hombre y, después, a la mujer. Para crear el universo, Dios simplemente dijo palabras como: “Que haya luz”, “que se forme el firmamento”, “que las aguas se separen de las aguas”. Sin embargo, para crear al primer hombre, Adán, Dios usó un método especial: moldeó con sus propias manos un muñeco de arcilla y le sopló vida en las fosas nasales, convirtiéndolo en un ser vivo.
Adán, el primer hombre, se sintió solo al ver que los animales tenían parejas. Así que Dios, para darle compañía, creó a Eva a partir de una costilla de Adán. Dios creó a Adán y Eva para ser compañeros y cuidarse el uno al otro, no para competir o ser mejores que el otro. Juntos formarían una familia hermosa y feliz, haciendo del mundo un lugar lleno de alegría.
Piensa, ¿todas las familias que conoces son felices?
En acción
¿Te gustaría recordar lo que Dios creó para Adán y Eva en cada día de la semana? Sería un buen ejercicio para entender mejor la historia de la creación y compartir con tu familia y amigos.