10 enero | Niños

Una hermosa promesa

«Entonces lo llevó fuera y le dijo: —Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. Y añadió: —Así será tu descendencia» Génesis 15: 5

Abram, siguiendo el llamado de Dios, partió junto con su esposa, sus sirvientes y sus animales, estableciéndose en diferentes lugares. Dios le prometió que sería el progenitor de una gran nación, una que tendría un amor profundo por Dios. A pesar de que el tiempo avanzaba y Abram envejecía, la promesa parecía distante, pues aún no tenía descendencia.

En un momento de duda, Dios reafirmó su promesa, llevando a Abram fuera de su tienda en medio de la noche para mostrarle el cielo estrellado. Le aseguró que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas. Incluso en su avanzada edad, le dijo que tendría un hijo. Ante esta promesa, Abram creyó firmemente en Dios y en sus palabras.

Este acto de fe se convertiría en un pilar de su legado. ¿Crees tú también en las promesas de Dios? Él ha prometido que un día volveremos a vivir en un lugar tan perfecto como el jardín del Edén.

En acción

Imagina y dibuja cómo sería la vasta familia que Dios prometió a Abram, tan innumerable como las estrellas en el cielo.