10 abril | Niños
«Pero tan pronto tocó el muerto los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie» 2 Reyes 13: 21
El profeta Eliseo había trabajado mucho para Dios. Él estaba muy enfermo, así que el rey Joás fue a visitarlo. Se entristeció al ver débil a este hombre de buen corazón. Hablaron mucho. Al poco tiempo, el profeta murió y lo enterraron.
Era el comienzo del año, y durante este tiempo los soldados moabitas solían invadir la tierra. Un grupo de amigos se encontraba en el mismo lugar donde estaba enterrado el profeta Eliseo para enterrar a un hombre. Cuando vieron llegar a los invasores moabitas, se asustaron. Querían escapar lo antes posible, así que rápidamente arrojaron al hombre a la tumba de Eliseo. En cuanto cayó y tocó los huesos de Eliseo, abrió los ojos y se levantó.
La Biblia no dice si huyó de los moabitas con sus amigos, ¡pero me imagino que él, su familia y sus amigos debieron haber estado muy felices!
En acción
Por desgracia, en este mundo perdemos a personas que queremos mucho. ¡Pero Jesús prometió que un día los resucitará! ¿A qué personas te gustaría encontrar en el cielo?