15 abril | Niños

Un pecado grave

«Se encendió contra Uza el furor de Jehová, y lo hirió» 1 Crónicas 13: 10

El arca de Dios era un objeto sagrado. Dios había dado instrucciones detalladas para su construcción y transporte.

Cuando David se convirtió en rey e hizo de Jerusalén la capital del reino, quiso llevar el arca a la capital.

Todo estaba organizado. Y el arca fue colocada en un nuevo carro tirado por bueyes para ser transportada. Había una alegre multitud que cantaba mientras algunos tocaban diversos instrumentos.

De repente, los bueyes tropezaron y Uza, uno de los que conducían el carro, tocó el arca para sujetarla. Fue herido de inmediato y cayó muerto.

¿Por qué ocurrió esto?

Según las instrucciones de Dios, nadie excepto los sacerdotes podían tocarla, ni siquiera mirarla si estaba descubierta. Y su transporte no debía hacerse en un carro tirado por bueyes, sino por hombres especiales, los coatitas, que debían llevarla sobre sus hombros por medio de varas colocadas en anillas a cada lado del arca.

La forma en que fue transportada aquel día fue un grave desprecio de las instrucciones dadas por Dios. Es muy triste, ¿verdad?

En acción

Dibuja el arca de Dios.