18 abril | Niños
«Todos ellos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jehová» 1 Crónicas 25: 6
La música es una de las formas de adorar a Dios. Tiene un gran poder sobre nuestro cerebro. Una canción triste puede entristecernos; una canción de miedo puede asustarnos; una canción alegre puede alegrarnos.
A David le encantaba la música. Él mismo era un gran compositor; le gustaba cantar y tocar el arpa. Cuando se convirtió en rey, organizó una escuela de música en el reino. Había maestros y músicos que preparaban los himnos que se cantarían en las ceremonias y celebraciones.
Asaf, Hemán y Jedutún eran los líderes de las familias responsables de la academia de música en el reino.
En el libro de los Salmos se pueden encontrar varias canciones compuestas por David y otros autores. Todas ellas honran a Dios.
En acción
Satanás era un gran director de orquesta en el cielo. Lo sabe todo sobre la música. Quiere que escuchemos música que contiene palabras horrendas y mentiras porque quiere que deshonremos a Dios. ¿Qué tipo de música escuchas? ¿La eliges cuidadosamente?