21 abril | Niños

Si mi pueblo orara

«Si se humilla mi pueblo, […] y oran, […] entonces yo oiré desde los cielos» 2 Crónicas 7: 14

Después de que se construyó la casa de Dios, hubo una gran celebración. Dios estaba muy contento, y su gloria llenaba el templo. Entonces el rey y el pueblo ofrecieron sacrificios ante Dios y le consagraron todo lo que había en el templo.

En esta ocasión Dios hizo un pacto con Salomón. Un pacto es algo que dos personas acuerdan. Cuando dos personas se casan, prometen ser fieles la una a la otra. Así es con Dios. Le dijo a Salomón que, si su pueblo era humilde, oraba siempre, lo buscaba todos los días, se arrepentía de cada pecado y dejaba de hacer el mal, Dios respondería a sus oraciones, perdonaría sus pecados y les daría abundancia.

Dios les hizo una promesa, pero el pueblo también tenía que cumplir su parte de este pacto.

Si desobedecían a Dios, no podría cumplir su promesa y sufrirían mucho. ¿Fue obediente el pueblo?

En acción

¿Obedeces siempre a tus padres?