26 abril | Niños
«En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó» 2 Crónicas 29: 3.
Ezequías era el nuevo rey del reino de Judá. Su padre, el rey Acaz, había hecho muchas cosas malas. El pueblo ya no iba a adorar a la casa de Dios porque sus puertas estaban cerradas, y necesitaba reparaciones.
Entonces decidió que él sería diferente a su padre. Obedecería a Dios y daría buen ejemplo al pueblo.
En cuanto se convirtió en rey, lo primero que hizo fue reabrir las puertas del templo. También celebró una reunión con los sacerdotes y levitas, los hombres responsables de los servicios del templo, y les pidió que quitaran todos los ídolos que habían sido colocados allí.
Les recordó el pacto que Dios había hecho con su pueblo: cuando obedecían, Dios cumplía su promesa, pero cuando desobedecían, Dios dejaba de bendecirlos.
¡Por fin! Una vez más, el pueblo obedecía a Dios.
En acción
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