28 abril | Niños

Enemigos

«Así se detuvo la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén» Esdras 4: 24

En su invasión de Jerusalén, los babilonios se llevaron a las familias importantes del reino.

Babilonia también estaba dominada por otro reino, Medo-Persia. Ciro, un comandante del ejército persa, se convirtió en el rey de la nación. Él había oído hablar de un hombre de Dios llamado Daniel, y se convirtió en amigo del pueblo de Daniel, que habían sido traídos como esclavos desde Jerusalén.

Dios había prometido al pueblo que no lo abandonaría y que lo llevaría de vuelta a su país. Este rey había firmado un documento autorizando al pueblo a regresar y reconstruir su ciudad. Después de su muerte, el rey Darío encontró este documento y el pueblo pudo regresar a su tierra.

Muchos regresaron a su tierra entusiasmados. Entonces trabajaron mucho para reconstruir la ciudad. Sin embargo, cuando algunos enemigos se enteraron de esto, comenzaron a dificultar el trabajo. Se ofrecieron a ayudar, pero solo para estorbar. Luego criticaron la construcción y escribieron cartas al rey persa, hablando mal de los judíos.

Molestaron tanto a los constructores que la reconstrucción del templo se detuvo. ¡Qué lástima!

En acción

Haz un bonito dibujo de la casa de Dios que los judíos estaban reconstruyendo.