30 abril | Niños

La reconstrucción de las murallas

«El Dios de los cielos, él nos prosperará» Nehemías 2: 20.

Nehemías también fue capturado por los babilonios cuando invadieron Jerusalén. Era copero del rey persa, un trabajo importante. Al rey le agradó y se convirtió en su amigo.

Un día, Nehemías se enteró de que la gente de Jerusalén estaba sufriendo. Habían reconstruido el templo y partes de la ciudad, pero aún no había murallas y los enemigos los molestaban. Nehemías se desanimó. Durante cuatro meses, oró y ayunó, suplicando a Dios que ayudara a Israel.

Aunque trató de mostrarse alegre ante el rey, este notó que Nehemías no era feliz. Llorando, Nehemías le contó lo que le estaba pasando a su pueblo. El rey fue amable. No solo permitió que Nehemías fuera a su tierra, sino que lo ayudó con cartas, materiales y soldados para protegerlo.

Algunos hombres malvados trataron de obstaculizar el trabajo de Nehemías y su grupo, ¡pero ellos fueron valientes! Oraron a Dios y se mantuvieron alerta contra esos enemigos hasta que terminaron la construcción.

En acción

¿Tu corazón está triste como el de Nehemías? ¡Ora también a Dios! Y si estás contento, ¡dale gracias a Dios!