2 mayo | Niños
«¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis, profanando así el sábado?» Nehemías 13: 17
Después de la celebración por la reconstrucción de las murallas y de la ciudad de Jerusalén, el pueblo necesitaba reformar también su corazón. Tenían el libro de la Ley que les enseñaba lo que estaba bien y lo que estaba mal. Sus líderes, Esdras y Nehemías, querían ayudarles a poner en práctica las leyes.
Tenían que hacer varios cambios. Tenían enemigos, los moabitas y los amonitas, que habían perjudicado al pueblo en el pasado. No formaban parte del pueblo de Dios y no podían convertirse en miembros del pueblo casándose con israelitas. Así que fueron expulsados.
Luego se retomó todo el trabajo del templo con la presencia de los levitas, hombres especiales que se encargarían de los servicios del templo.
Una vez más, el sábado se guardaba como correspondía. Poco a poco el pueblo comenzó a ser el pueblo que Dios les había pedido que fueran.
En acción
¿Tú también necesitas reformar tu corazoncito ante Dios? Dibuja un corazón en las manos de Jesús y dile a tus padres que oren por ti.