10 mayo | Niños

El final feliz de Job

«De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven» Job 42: 5

Después de oír las palabras de Dios, Job se postró ante él y dijo: «Señor, reconozco que tú lo sabes todo y que yo no sé nada. ¡Ahora comprendo mucho mejor! No importa lo malo que suceda, un día tú lo arreglarás todo, ¡porque tú lo sabes y lo puedes todo!».

Enseguida, Job sintió compasión por aquellos hombres que lo acusaban y criticaban… ¿Sabes lo que hizo? ¡Oró por ellos!

Mientras Job oraba por ellos, Dios le dio el doble de todo lo que había perdido. Sus hermanos y amigos fueron a su casa, lo abrazaron, le trajeron regalos muy caros y festejaron con él.

Job se curó sus heridas y fue grandemente bendecido por Dios con miles de ovejas, camellos, bueyes y asnos.

Tuvo siete hijos y tres hijas. ¿Sabes los nombres de las niñas? Jemimah, Keziah, y Keren-Happuch. Eran las mujeres más hermosas del mundo en aquella época.

Después de eso, Job vivió muchos, muchos años.

En acción

Dibuja a las tres hijas de Job en una hoja de papel e incluye el nombre de cada una en el dibujo.