18 mayo | Niños
«Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría» Salmo 30: 5
David era un gran guerrero. Participó en muchas batallas. Dios le dio a David muchas victorias sobre sus enemigos.
Él acababa de recibir una gran liberación de Dios. No anduvo diciéndole a todo el mundo que era un hombre perfecto y santo, y que por eso Dios lo había liberado. El escribió el Salmo 30 para alabar a Dios porque Dios era bueno con él, y cuando David clamó por ayuda, Dios le contestó.
El día anterior, David estaba lleno de angustia. Pero por la mañana, estaba cantando de alegría porque Dios, una vez más, había cuidado de él.
Hubo momentos en que David no actuó correctamente, y Dios lo reprendió porque lo amaba y quería que fuera feliz. Pero pidió perdón a Dios y fue perdonado.
Esta vez, David sólo quería celebrar lo que Dios había hecho. Quería alabar a Dios no porque se lo mereciera, sino porque Dios siempre es bueno.
En acción
¿No te gustaría alabar a Dios también? ¿Qué ha hecho él por ti hoy?